Conocer el suelo

  • Las seis características más importantes para conocer un suelo son:

    1. Textura
    2. Profundidad
    3. pH
    4. Humus
    5. Nutrientes minerales
    6. Salinidad



  1. Textura



    Si tienes un SUELO ARCILLOSO, cuidado con los encharcamientos de agua al que son propensos.

    Si el suelo es de textura ARENOSA pasa lo contrario, es muy seco, retiene poca agua y hay que regar más. Además un suelo arenoso es pobre en nutrientes minerales, por tanto, necesita más abono que uno arcilloso.

    Si el suelo es de textura INTERMEDIA, ni arcilloso ni arenoso, la mayoría de plantas irán bien.

  2. Profundidad



    Hay tierras que tienen un subsuelo muy duro (roca madre), impenetrable por las raíces. Por ejemplo, en las zonas altas de una montaña, allí el espesor de tierra es escaso; o el suelo que queda de una obra de construcción, zonas pavimentadas, etc.

    Hay árboles que son capaces de vivir con poca tierra en sus raíces, por ejemplo, 40 ó 50 cm. de profundidad útil:

    * Acacias (Acacia spp.). Las de hoja perenne, no la Mimosa.
    * Aligustre (Ligustrum spp.). Hoja perenne.
    * Naranjo amargo (Citrus aurantium var. amara). Hoja perenne.
    * Catalpa (Catalpa bignonioides). Hoja caduca.
    * Arbol de amor o Cercis (Cercis siliquastrum). Hoja caduca.

  3. pH



    El pH es un concepto químico de cierta complejidad. El resultado es un número. Hay tres tipos:

    - Suelo ácido: pH menor de 7. Ejemplo de suelo ácido es uno que tiene un pH 5,5.

    - Suelo neutro: pH igual a 7.

    - Suelo alcalino: pH mayor de 7. Ejemplo de un suelo alcalino es el que tiene un pH 8.

    ¿Cómo conocer el pH de la tierra?

    1. Venden kits sencillos y baratos para ello.

    2. Una manera casera es coger un vaso y mezclar 1 parte de tierra con 2 partes de agua DESTILADA, la mezclas bien y la dejas reposar hasta que veas que la tierra se baja al fondo (unas horas). Compras tiras de papel o cartón que venden en droguerías para medir el pH. Coges uno lo metes en el agua y te dará el pH que mas o menos tiene tu tierra o sustrato comparando el color con una tabla que traen.

    3. Otra forma es verter vinagre o ácido clorhídrico (el producto de limpieza "Sulfatán" lo contiene) sobre una muestra de tierra y ofrece una buena estimación. Si la efervescencia es fuerte, se dice que es de pH alcalino. Se debe a la reacción que produce el líquido al contactar con la cal que tiene el suelo.

    4. Para saberlo con precisión sería necesario llevar una muestra de tierra a un laboratorio que analicen suelos.

    Los suelos que tienen mucha cal (calizos) normalmente son alcalinos (pH mayor de 7) y no le van bien a determinadas especies de plantas porque sus hojas amarillearán al escasear varios nutrientes, en especial, el Hierro. Estas plantas serían: hortensia, gardenia, camelia, brezo, etc.

  4. Humus



    El humus es una materia orgánica que hay en todos los suelos (en unos más que en otros).

    Cuando se aporta a la tierra estiércol, mantillo, turba, hojas, o cualquier otro material orgánico es atacado por los microorganismos y un porcentaje de su peso se transformará en humus. De esta forma estamos aumentando el nivel de humus de ese suelo.

    Cada especie vegetal tiene sus propias exigencias. Hay unas que gustan de un suelo rico en materia orgánica, otras normal y otras que, incluso, prefieren un suelo pobre en humus, por ejemplo, las del desierto o de clima Mediterráneo. Si plantas un Magnolio, una Camelia, etc., aporta bastante materia orgánica, pero si plantas un Algarrobo, no es tan importante. Son ejemplos.

    El humus tiene unas cualidades especiales que aporta varios beneficios:

    - Esponja el suelo, dándole mejor estructura.

    - El suelo rico en humus retiene agua y minerales para que las raíces los vayan tomando.

    - Aporta nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, etc.) cuando se descompone el humus por la acción de los microorganismos que viven en el suelo.

    - Las raíces se encuentran mejor en un suelo rico en humus que en uno pobre.

  5. Nutrientes minerales



    Con los nutrientes minerales (Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Hierro, Magnesio, Calcio... así hasta 13) ocurre algo similar al humus. Hay plantas que consumen más elementos minerales que otras y los necesitarán en gran cantidad en el suelo para prosperar adecuadamente.

    Mediante abonos se puede aportar cualquiera de los 13 elementos que necesita toda planta. Sin embargo, la mayoría de abonos o fertilizantes que usamos (líquidos o sólidos) suelen incluir sólo 3 elementos, el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio. Son igual de importantes que los otros 10 restantes, lo que pasa es que las plantan consumen mucha más cantidad de éstos 3 que de ningún otro.

    El Hierro o el Magnesio, se usan de vez en cuando como fertilizantes aparte. Por ejemplo, en suelos calizos (pH alto, alcalino) es frecuente que falte el Hierro, Manganeso, Cobre... Las plantas sensibles a su carencia lo acusan, volviéndose amarillas las hojas.

    Un suelo rico en materia orgánica (humus) es rico en Nitrógeno. Cuanto más estiércol, mantillo o turba eches más Nitrógeno y humus tendrá.

  6. Suelos salinos



    Aunque no es frecuente, puede ocurrir que tu suelo fuera salino. Se trata de suelos que entre sus minerales hay una mayor cantidad de sales (cloruros, sulfatos, etc.) de lo normal. Este exceso de sales en el suelo provoca que las raíces no puedan absorber el agua y, aunque el suelo esté húmedo, la planta da síntomas de pasar sed. Otro síntoma es que las puntas de las hojas aparecen "quemadas".

¿Cómo sé si el suelo es salino?

1. Si las plantas muestran los síntomas como si les faltara el agua y puntas quemadas.

2. Si aparecen en la superficie del suelo sales blancas.

3. Si plantas unas judías y salen de color púrpura en lugar de verdes, es que es un suelo salino. Esta especie es muy sensible a la sal y se usa como "planta indicadora".

4. Si llevas a analizar la tierra a un laboratorio que hagan análisis de suelos. Ellos te dirán con exactitud si tu suelo es salino y qué grado de salinidad tiene. Si el suelo es fuertemente salino sólo podrás utilizar árboles o plantas de alta resistencia a la sal. Ej: Palmeras, Acer negundo, Olivo, Aligustre, Higuera, etc..

Cuidado con regar con aguas de pozo salitrosas, por ejemplo en zonas costeras que sufren entrada de agua del mar en los acuíferos o aguas de pozo que están en capas geológicas salinas.



Características de los suelos

Conocer y mejorar el suelo es muy importante. Los aspectos más importantes a tener en cuenta son:

1. Profundidad



En ocasiones hay una roca dura no atravesable por las raíces (por ejemplo, a 40 cm. de profundidad) o una capa compactada de arcilla, ésta puede ser la causa de que muchos árboles y arbustos no prosperen adecuadamente. Para comprobarlo cava con la azada y verifica si hay una capa dura o no.

Mejora: añadir tierra vegetal para recrecer el terreno y labrar en profundidad para romper la capa impermeable si es que ésta es muy somera.

2. Suelo arenoso



Los suelos arenosos son secos; no almacenan el agua como los arcillosos y hay que regar bastante. Con los arcillosos no hay problema en este aspecto, incluso puede ser negativo si retienen demasiada agua.

Mejora para tierras arenosas: puedes darle cohesión añadiendo unos 100 kilos por cada 100 m2 de turba u otro tipo de materia orgánica e, incluso, añadiendo algo de tierra arcillosa.

Si retiene poca agua, riega con menos cantidad pero con más frecuencia. Por tanto, el riego por goteo es ideal en suelo arenoso.

Al igual que sucede con el agua, los suelos arenosos retienen pocos nutrientes. El Nitrógeno, Potasio, Azufre, Hierro, etc. son arrastrados fuera del alcance de las raíces por la acción del agua del riego y la lluvia, perdiéndose estos elementos nutritivos.

Los suelos arcillosos en este aspecto son mejores, ya que almacenan muchos nutrientes minerales; tienen "grandes bolsillos". Pero los nitratos sí que se lavan en ambos tipos de suelos.

En suelos arenosos usa fertilizantes de lenta liberación en lugar de los minerales solubles tradicionales, para que se vayan disolviendo poco a poco y se pierda menos.

3. Suelo arcilloso



Mejora: aportar materia orgánica, por ejemplo, estiércol. En los suelos muy arcillosos, además de la materia orgánica, es bueno mezclar también arena de río.

4. Drenaje



Los suelos arcillosos tienen tendencia a encharcarse, lo cual pudre las raíces. Aunque no todos los suelos arcillosos drenan mal. Cuidado en las zonas bajas, que es donde se acumula más agua.

Para mejorar el drenaje puedes hacer lo siguiente:

- Instalar tubos de drenaje.
- Dar pendientes al terreno para evitar charcos.
- Aportar arena: unos 2 ó 3 metros cúbicos por cada 100 m2 de superficie.
- Aportar materia orgánica al suelo: lo airea, es decir, crea poros.
- Elegir especies vegetales que mejor resistan los suelos encharcados.

5. Materia orgánica (humus)



Cuando hablamos de materia orgánica del suelo nos referimos al humus. El humus es una sustancia muy beneficiosa para el suelo y para la planta. Efectos:

- Esponja el suelo.

- Retiene agua y minerales.

- Aporta nutrientes minerales poco a poco para las plantas a medida que se descompone (Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Magnesio, etc.).

Mejora: para aumentar el nivel de materia orgánica de un suelo pobre en materia orgánica es necesario tiempo (años). De la noche a la mañana no se puede pasar de un 1% de humus al 2%, sino echando materia orgánica año tras año. Por ejemplo: estiércol, mantillo, compost casero, turba, guano, humus de lombriz, etc.

6. Nutrientes minerales



Todas las plantas necesitan tomar del suelo estos 13 elementos minerales.

Macronutrientes:

- Nitrógeno (N)
- Fósforo (P)
- Potasio (K)
- Calcio (Ca)
- Magnesio (Mg)
- Azufre (S)

Micronutrientes:

- Hierro (Fe)
- Zinc (Zn)
- Manganeso (Mn)
- Boro (B)
- Cobre (Cu)
- Molibdeno (Mo)
- Cloro (Cl)

Los suelos arcillosos suelen ser ricos en nutrientes y los suelos arenosos, pobres. Ejemplo extremo de suelo arenoso sería la playa.

Para saber si un suelo es rico o no en nutrientes se hacen análisis de la tierra en un laboratorio especializado y determina la cantidad de fósforo, potasio, magnesio, etc.

Mejora: mediante abonos orgánicos (estiércol, compost, turba, etc.) y abonos químicos, también llamados fertilizantes minerales. De esta forma aportamos al suelo los nutrientes necesarios. Si no lo hiciéramos se agotarían más tarde o más temprano.

7. pH



El pH de un suelo de cultivo debe estar comprendido entre 5,5 y 8. Afortunadamente el 80% de los suelos está entre estos valores, pero si fuera un pH por debajo o por encima, deberías corregirlo.

a) Si el suelo fuera muy ácido (pH<5,5) escasearán algunos nutrientes esenciales para las plantas como Calcio, Magnesio, Fósforo, Molibdeno y Boro y la estructura del suelo no suele ser buena.

Mejora: el pH se sube incorporando caliza molida. Dosis: 15-20 Kg. por cada 100 metros cuadrados a aportar en otoño y se entierra labrando.

b) Si el suelo es neutro (pH entre 6,5 y 7), perfecto, hay una óptima disponibilidad de todos los que las plantas necesitan normalmente.

c) Si el suelo es básico o alcalino (pH>8) es muy probable que escaseen el Hierro, Manganeso, Zinc, Cobre y Boro, y las acidófilas y otras plantas sensibles a estas carencias, como el naranjo, el hibisco, etc., amarillearán y darán pocas flores a menos que modifiques el pH. El ejemplo más típico es el de la carencia de Hierro (clorosis férrica).

Mejora: para bajar el pH y que así se liberen los nutrientes insolubilizados se puede hacer lo siguiente (el método a elegir):

- Sulfato de hierro



El sulfato de hierro es un producto barato y fácil de conseguir. Para aportar al suelo cómpralo en forma granulada (color marrón) en lugar de en partículas finas como cristales (color verde manzana).

El sulfato de hierro sirve para acidificar y adicionalmente para aportar algo de Hierro, aunque no mucho, y su principal función es la de bajar el pH.

- Turba rubia



Aportando TURBA RUBIA SPHAGNUM, que es un material muy ácido (ph=3,5), se reduce el pH de la tierra. Dosis: 1 kilogramo de turba rubia por metro cuadrado. A los 2 ó 3 años se debe repetir el tratamiento.

- Azufre en polvo



Otra opción para acidificar consiste en mezclar los primeros 25-30 cm. de tierra con AZUFRE EN POLVO. Dosis: 90 grs./m2. Aplica durante el otoño para que en primavera se note el efecto.

En medianas y grandes superficies es lo que sale más económico, por ejemplo, para enmendar todo el huerto o jardín entero antes de plantar nada. A los 2 ó 3 años deberás repetir el tratamiento.

Los suelos ácidos (pH<6.5) son fáciles de corregir aportando caliza molida, pero los suelos alcalinos (ph>7) son mucho más difíciles porque tiende a revertirse a la situación anterior, lo que obliga a repetir el tratamiento.

Además de bajar el pH, aplica al suelo un fertilizante especial, rico en hierro llamado "quelatos de hierro". También hay otros fertilizantes formulados con los demás micronutrientes, aparte del hierro, como el manganeso, cobre, zinc, etc. para las posibles carencias.

Puntualizar que hay especies que gustan de suelos ácidos (plantas acidófilas), como Azalea, Hortensia, Rododendro, Gardenia, Camelia, Brezo, etc. son felices en suelo ácido (ph menor de 6,5).

8. Suelo salino



No es frecuente un suelo salino, pero se puede dar. Los suelos salinos son los que tienen una cantidad excesiva de determinadas sales (Cloruros, Sulfatos, etc.). Se aprecian quemaduras en las hojas de las plantas. Se pueden corregir los suelos salinos en parte mediante diferentes técnicas.

9. Suelo infectado



Puede haber muchos hongos, nematodos, gusanos de suelo, algún tipo de contaminante artificial o malas hierbas.

Un suelo cultivado reiteradamente aumenta las poblaciones de hongos que viven en el suelo, de Nematodos (gusanitos microscópicos que parasitan raíces), de gusanos de suelo (blancos, grises y de alambre) y de malas hierbas.

Mejora: para desinfectar los suelos hay productos químicos, pero existe un método ecológico de desinfección llamado SOLARIZACIÓN que ofrece una gran eficacia.

Un dato a recalcar: aportando materia orgánica (estiércol, mantillo, compost, etc.) se mejoran la mayoría de características de los suelos.



Conocer el suelo o la tierra del jardín


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Ph del suelo: qué es, cómo medirlo y cómo modificarlo


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Mejorar el suelo o la tierra del jardín


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