15 bulbosas

  • Agapanto (Agapanthus africanus)



Suele tardar 2 ó 3 años en florecer, pero después lo hace todos los años a fines de primavera o verano.

Es una planta muy resistente que se emplea en los jardines para formar vistosos macizos.

En zonas muy calurosas es mejor situar a media sombra. Interesante por florecer a media sombra.

En las zonas más frías y durante el invierno, deben desenterrarse los bulbos y guardarse en un ambiente que mantenga 5-6ºC de temperatura.

Dividir las matas cada 6-7 años, a final de verano.



  • Azucena, Lilium (Lilium spp.)



La azucena desprende un aroma muy intenso, sobre todo por la noche.

Suelen florecer a partir de primavera (mayo en el Hemisferio Norte), alcanzando en pleno verano su mayor esplendor, y durando hasta finales de verano.

La azucena se cultiva mucho para flor cortada. Mantienen su frescor y su fragancia durante mucho tiempo.

El color blanco se suele asociar con la pureza, por lo que está muy relacionada con los ramos de novia.

El mejor sitio para colocarlas es cerca de algún árbol o debajo de algún arbusto que no sea demasiado tupido.

Siempre debes procurar que la tierra se mantenga fresca, así que no dudes en mover la maceta a la sombra si hace mucho calor.

Época de plantación: la mayoría se plantan en primavera.

Una vez plantadas, florecerán regularmente durante un buen número de años y por ello se aconseja incorporarlos a los bancales de plantas vivaces.

Entresacar los bulbos cada 3 ó 4 años (que se quedan en la tierra) y volver a replantarlos para obtener nuevos ejemplares.

  • Begonia tuberosa (Begonia x tuberhybrida)



Planta provista de un tubérculo suculento y aplastado.

Puede florecer en cualquier estación del año.

No poner a pleno sol, se "quema". Si está en interior, luminoso.

Muy sensible al frío.

Plantación a finales de invierno o principios de primavera (Hemisferio Norte, en febrero-marzo) enterrar los tubérculos a 3-4 cm de profundidad en sustrato rico en turba; mantener a 18 ºC.

Evitar el exceso de riego, es su principal problema.

Debe reducirse el riego hacia finales de la época de floración y se suspenderá por completo al amarillear las hojas; posteriormente se desenterrarán los tubérculos, se dejarán secar al aire y se guardarán en ambiente seco y fresco (no frío) y sepultados bajo arena.
  • Caña de las Indias (Canna indica)



Floración en verano hasta bien avanzado el otoño.

Es una planta con tallos erectos que suele emplearse en el jardín para formar bellos grupos aislados. Hay variedades que llegan a los 3 m de altura.

Temperaturas: La Canna se da bien en el exterior, en regiones donde la temperatura no baje de -3ºC. En caso de que lleguen a helarse, hay que cortar la planta entera.

En zonas más frías, hay que extraer los rizomas del suelo pasada la floración y una vez que la planta esté marchita, limpiarlos y guardar en un lugar seco enterrados en turba y oscuro entre 5 y 10 ºC hasta el momento de volver a plantarlos. Otra opción es protegerlos in situ con una cubierta de paja.

Plantación: el momento de plantar o trasladar los rizomas es a finales de invierno o principios de primavera. Deben plantarse a unos 30-50 cm de distancia uno de otro y 10 cm de profundidad.

Riego frecuente y abundante, especialmente en verano.

Abonado: durante la época de crecimiento hay que fertilizar.

Multiplicación por división de los rizomas en primavera. Al cabo de 4 ó 5 años, se pueden dividir los rizomas y obtener nuevas plantas.

  • Ciclamen (Cyclamen persicum)



El ciclamen es una de las más populares plantas de floración invernal debido a que en esta época hay pocas plantas en flor.

Para mantener la floración durante algunos meses deben comprarse con abundantes yemas aún pendientes de abrir.

Luz: evita que le den los rayos directos de sol y buscarle zonas de sombra o media sombra si está en un jardín. En interiores necesita luz intensa.

En interior hay que ponerla alejada lo más posible de fuentes de calor (estufas, radiadores) pues se pone "triste": las hojas se abren y las flores se tumban. Colocar la planta en una habitación fresca.

El Ciclamen florece mejor si está en un macetero estrecho.

Regar desde abajo (esto es muy, muy importante), no echando el agua directamente en la tierra. El método consiste en poner la maceta sobre un cuenco o tiesto mayor con agua hasta casi el borde de la maceta de agua. El agua penetrará por los agujeros inferiores de drenaje. Mantener por 15 minutos y escurrir.

No repetirlo hasta que vuelva a estar casi seca, ya que demasiados riegos podrían pudrirla.

Comprobar el buen drenaje del suelo o maceta y que la tierra sea liviana, para facilitar la aireación.

Cuando la planta termine de florecer, retirar las hojas tirando de ellas para que el tallo se desprenda del tuberobulbo (para que no quede una porción de tallo expuesta a enfermedades).

DESCANSO:

Es habitual cultivarlo como planta anual, es decir, que se desecha tras la floración puesto que la próxima va degenerando y la flor es de peor calidad. Sin embargo, el ciclamen puede durar varios años si se le da un reposo los meses de verano.

Una vez marchita la planta tras la floración. Puedes hacer lo siguiente:

Sacar y guardar el tubérculo en un lugar seco, oscuro y aireado para plantarlo la próxima temporada.

Otra opción es plantarlo en el jardín a la sombra y casi olvidarte de él, regando un poco para que no se seque del todo.

A mediados de otoño, llévalo de nuevo a la casa o vuelve a plantar los tubérculos para iniciar un nuevo ciclo.

Todo esto depende del clima, ya que, por ejemplo, en muchos lugares nunca se seca por completo, permaneciendo siempre verdes y floreciendo 3 veces al año.

  • Clivia (Clivia miniata)



La Clivia es una planta muy resistente y sencilla de cultivar.

Muy popular como planta de interior. Se cultiva en jardines por la belleza de sus flores en climas cálidos, subtropicales y mediterráneos.

Luz: buena iluminación, pero jamás al sol, siempre a la sombra.

Temperaturas: debe protegerse de las heladas. La clivia pierde las hojas a -2ºC, pero resiste hasta -7ºC, rebrotando en primavera.

Al ser poco resistente al frío, resulta adecuada para maceteros o jardineras en interior. Da resultados excelentes en patios de climas benignos.

Plantación en maceta pequeña, ya que curiosamente florece mejor con las raíces comprimidas, al revés que la inmensa mayoría de plantas.

Si se desea una floración espectacular, debe tener un plan de riegos parecido al de los cactus: pasar sed en invierno y reanudar el riego en primavera.

Las hojas carnosas almacenan suficiente agua para que la planta no muera de sed en invierno.

Multiplicación: se efectúa por división de los retoños laterales cuando éstos aparecen al lado de la cepa madre, y tienen 4 ó 5 hojas.

  • Crocus (Crocus spp.)



El cultivo de los Crocus es muy fácil.

Plantar en otoño para que florezcan en primavera.

Plante en masa debajo de un arbusto o entre rocas. Quedan sumamente atractivos en el césped. También en macetas.

En interiores es posible su cultivo, pero debe darle unas 4 horas de sol por la ventana al día y tener temperaturas por la noche frescas.

Se cortan las hojas después de la floración, sólo cuando amarillean totalmente porque, de otra manera, no alimentarán al cormo y no florecerán el año siguiente.

Multiplicación: por subdivisión de los pequeños cormos que se forman alrededor del cormo principal cuando se marchitan las hojas.

  • Dalia (Dahlia spp.)



Las dalias comprenden un gran número de razas y de variedades. En la actualidad existen unos 20.000 cultivares reconocidos en el Registro Internacional de las Dalias.

Etimología: el nombre del género "dahlia" le fue dado en honor al botánico Andreas Dahl, discípulo de Linneo.

La Dalia puede florecer desde el principio del verano hasta casi finales del otoño, pero siempre que no haga mucho calor, porque si así fuera, la planta dejaría de producir flores y no volvería a tenerlas hasta que las temperaturas bajaran.

En climas calurosos puede pasar el verano sin flor y producirlas al llegar el otoño.

Luz: a pleno sol. Las dalias necesitan mucho sol.

Junto al tubérculo se pone el tutor destinado a sostener la futura planta (si es una variedad enana no hace falta). A medida que va creciendo, el tallo se va sujetando al tutor. Además, hay que ir despuntando el tallo para obligarlo a ramificar.

Es preferible poner la guía en el momento de la plantación porque hay menos riesgo de dañar a las raíces.

Durante el tiempo de floración la planta necesita más alimento y más agua.

Riego: durante los primeros meses de la plantación, los riegos deberán ser moderados, evitando que los raíces tuberosas se encharquen. Después se regará más.

Hay que aumentar el riego en cuanto aparecen los capullos a días alternos y, durante el calor fuerte, regar en abundancia.

Para que las flores tengan un buen tamaño hay que desbotonar (quitar) los brotes florales que salgan por debajo de la flor principal.

Cortar las flores marchitas para que salgan más.

Cuando a finales del otoño los tallos y hojas se marchiten, se les corta la parte aérea, se les desentierra, se colocan en un lugar para que se sequen y luego los guardamos en un lugar oscuro, fresco y seco, para que pasen el invierno.

  • Gladiolo (Gladiolus spp.)



Se desarrollan a partir de un tallo subterráneo llamado cormo (parecido a un bulbo pero con forma redondeada algo achatada).

Época de floración: verano-otoño. En climas templados florece todo el año.

Usos: planta apta para macizos y especialmente para flor cortada.

Luz: a pleno sol. Requiere bastante luminosidad.

El terreno que se elija no debió haberse utilizado el año anterior para el mismo cultivo, pues las plagas suelen atacar con facilidad a estas plantas.

La plantación de los cormos de Gladiolo se hace a principios de la primavera, para que florezca en verano.

Se pueden volver a plantar en torno a junio (Hemisferio Norte, en el Hemisferio Sur sería diciembre), de modo que el periodo de floración se extiende durante todo el verano.

Profundidad de plantación: 7-8 cm. En cuanto a su separación varía según el tamaño de la futura planta, lo más común es una separación de 30 cm entre hileras.

Coloca tutores en el momento de la plantación para mantenerlos bien derechos cuando crezcan.

Cuando la planta comienza a nacer deberá amontonar al pié de la misma alguna tierra, formando una especie de montículo.

Durante el cultivo no debe faltarle el agua, en especial cuando aparezca la vara floral, porque podría abortar y no dar flores.

Es suficiente abonar cada tres semanas a partir del momento en que la planta alcanza unos 15 cm de altura.

Multiplicación: mediante división de los cormos que salen en el contorno del cormo principal. No obstante, para una mejor floración se recomienda adquirir los bulbos nuevos cada año.

  • Hemerocalis (Hemerocallis spp.)



Cada una de las flores en forma de trompeta de la azucena dura poco más de un día, pero en verano, durante un largo período de tiempo, se suceden unas a otras.

La temporada normal de floración dura varias semanas. Florece durante un mes entre finales de primavera y principios de otoño, según la variedad, y algunas lo hacen 2 veces.

Si planta muchas variedades, podrá disfrutar de multitud de flores desde la primavera hasta el otoño.

Luz: a semisombra.

Plantación en primavera, también en otoño.

No hay que plantarlas a mucha profundidad. La corona no debe estar a más de 3 cm de la superficie. La corona es la parte en la que se juntan el follaje y las raíces.

Eliminar las flores marchitas para tener floración más prolongada.

  • Jacinto (Hyacinthus spp.)



El jacinto tiene una floración muy vistosa y de perfume exquisito.

Floración en primavera. Es posible obtener floraciones invernales mediante forzado para utilizarlas como planta de interior.

El jacinto se cultiva sobre todo en macetas y jardineras.

Estas plantas agotan las reservas del suelo donde se encuentran, por lo que no conviene plantarlas dos años seguidos en el mismo sitio. Por tanto, tampoco conviene dejarlos enterrados de un año para otro.

Planta en otoño (florecen a comienzos de la primavera).

Planta los bulbos con la punta mirando hacia arriba a unos 10 cm de profundidad, incluso sobresaliendo el ápice.

No entierres demasiado el bulbo para evitar podredumbres.

La distancia de separación entre bulbos debe ser de 10 cm.

Es mejor comprar cada año bulbos nuevos en lugar de naturalizarlos (naturalizarlos significa dejarlos enterrados de un año para otro), ya que la floración va perdiendo calidad de un año para otro.

  • Muscari, Nazarenos (Muscari armeniacum)



Hábitat: crece naturalmente en terrenos rocosos y herbosos de toda la Región Mediterránea, donde puede llegar a considerarse en ocasiones como mala hierba.

Altura: 15-25 cm.

Flores azules en la primera mitad de la primavera. Hay variedades con flores blancas. Además la mayoría de ellos despide un agradable olor.

Usos: cultívalos en grupos, bajo o delante de los arbustos o, simplemente, como matas en una bordura o un jardín de rocalla. También en macetas los Muscari dan excelentes resultados.

Es una de las especies de bulbo más rústicas y fáciles de cultivar.

La plantación se hace en otoño, en el Hemisferio Norte sería entre los meses de noviembre y diciembre.

Entierrar los bulbos a una profundidad de 5 cm y a una distancia de 5 a 7 cm entre uno y otro.

Es importante no plantarlos en la misma tierra por más de 3 años ya que los nutrientes disminuyen y, por tanto, la producción de flores es menor.

Hay que tener cuidado con el exceso de agua pues podría originar la pudrición del bulbo o la aparición de enfermedades.

Los muscaris se multiplican abundantemente por medio de bulbillos producidos junto al bulbo principal; la operación se efectúa cada dos años.

  • Narciso (Narcissus spp.)



Florece en primavera, a los 4 meses de haber sido plantados, pero siempre en primavera y conservan su buen aspecto durante 20 días, después se marchitan.

Puede darse también como planta de interior.

Plantación a principios de otoño (de septiembre a noviembre en el Hemisferio Norte). La distancia de separación entre bulbos debe ser de 10 cm.

Riego constante pero nunca excesivo.

No hace falta pulverizar ni las hojas ni las flores.

Cortar las flores marchitas y no quitar hojas hasta haberse secado totalmente.

Al contrario que con los tulipanes y jacintos, los narcisos pueden y deben dejarse en su lugar de plantación, de esta manera al año siguiente tendrán una floración mas bonita, en pocos años, donde al principio había pocos ejemplares, nos encontraremos con muchos, porque se habrán multiplicado por sí mismos.

Dividir las matas muy grandes y replantarlas de nuevo para estimularlas a seguir floreciendo con toda su fuerza.

  • Nardo (Polianthes tuberosa)



Los nardos son flores hermosas y perfumadas.

La floración se producirá entre finales del verano y principios del otoño.

El nardo es una de las bulbosas más cultivadas para aprovechar la flor cortada, por sus características y por su perfume, aunque éste es un tanto fuerte y puede resultar incluso desagradable.

Usos: en general se cultiva esta planta por sus flores cortadas, pero pueden también ser empleadas para formar pequeños grupos aislados.

Luz: pleno sol.

Plantación: en primavera, pasado el peligro de las heladas.

Riego: moderado durante todo el año salvo en verano y durante la floración, que debe ser más abundante.

La espiga suele durar más de 40 días en disposición de ser cortada, y las flores se han de recoger por la mañana temprano, procurando cortarlas desde la base y sin hojas, ya que estas deben mantenerse para completar el ciclo de multiplicación de los nuevo bulbos, que por regla general se extraen de la tierra a la llegada de la estación fría.

Después de la floración, se arrancan del terreno tanto los tubérculos grandes como los pequeños; los primeros se eliminan debido a que no darán más flores, y los segundos son puestos en lugares frescos y secos hasta la primavera siguiente; los tubérculos pequeños darán flores al tercer año, después deberán eliminarse.

  • Tulipán (Tulipa spp.)



Se plantan en otoño y florecen en primavera, ó 3 meses después de sembrados los bulbos.

Sus flores tardan hasta 20 días en marchitarse.

Existen miles de variedades de tulipanes.

Para lograr un mayor impacto en el jardín, se plantan en macizos.

Quedan muy bien en jardineras.

Luz: a pleno sol o semisombra.

Temperaturas: soporta bien el frío, de hecho, necesitan pasar frío para florecer, de ahí que los tulipanes no sean adecuados para climas tropicales y subtropicales.

Los tulipanes absorben grandes cantidades de nutrientes del suelo, por lo cual se recomienda no plantarlos dos años seguidos en el mismo sitio.

La distancia de separación entre bulbos debe ser de 10 cm, a una profundidad de 7 a 15 cm (3 veces su tamaño) dejando su parte más estrecha mirando hacia arriba.

No conviene dejar los bulbos enterrados de un año para otro.

Si necesitamos ese espacio para poner otra planta, tenemos que sacar todo el conjunto; hojas, bulbo, raíces y la tierra pegada a éstas, con cuidado y llevarlo a algún sitio donde puedan las hojas marchitarse.

Después de la floración sus hojas se marchitan. Hay que cortar el tallo principal, pero no las hojas mientras se mantengan verdes para que el bulbo acumule reservas.

Una vez marchitas las hojas, arranque los bulbos, desentierre los renuevos y guárdelos limpios en un lugar seco hasta que llegue la época de plantación.

Finalmente se guardan en una caja que contenga arena seca, se ponen con el ápice hacia arriba y se colocan en un sitio que sea fresco y oscuro.

Desgraciadamente, al cabo de un año o dos la floración decae hasta que dejan de florecer.



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