Cultivo de palmeras: riego y abono

 

He separado estas dos labores en palmeras en el jardín y palmeras en interiores. Empezamos con el riego y abonado en el jardín y al final tienes para las que estén en macetas en interior.

Riego de palmeras en el jardín

 


El riego debe ser frecuente desde que se planta una palmera en el jardín hasta que tiene unos 2 años. Después de este periodo la palmera ya se habrá establecido en la tierra y será capaz de mantenerse con el agua de lluvia o con pocos riegos.

No obstante, si quieres que crezca rápido, riega y abona.

Muchas palmáceas son tremendamente resistentes a la sequía, pero hay otras más exigentes que viven en la Naturaleza junto a los márgenes de ríos y zonas pantanosas. Los Palmitos (Chamaerops humilis), por ejemplo, originarios del Mediterráneo occidental, están entre las palmeras que menos agua necesitan para sobrevivir.


Palmito (Chamaerops humilis)

Ten en cuenta que siempre una palmera consumirá más agua si:

- Está a pleno sol en lugar de en sombra.

- Si le azotan vientos secos, más que si está protegida de ellos.

- En un suelo arenoso, que es más seco, hay que regar más que en uno arcilloso.


Abonado de palmeras en el jardín

Las palmeras en general no exigen suelos ricos en nutrientes. No obstante (igual que pasa con el riego) si abonas todos los años lo agradecerán creciendo con rapidez y ofreciendo unas palmas de color verde intenso.

Si el suelo es pobre y malo deberás abonar con más razón. En climas lluviosos y con suelo arenosos hay más pérdida por lavado de minerales en profundidad, fuera del alcance de las raíces, por lo que se debe aportar una mayor cantidad que en suelo arcilloso y fraccionarlo en varias veces en el año.

El abonado puedes hacerlo optando por uno orgánico o uno mineral.

Abonado orgánico

Aporta alrededor de la palmera 1 kilo de estiércol hecho, mantillo, turba, etc. y mézclalo ligeramente con el suelo mediante una azada. Sólo es enterrarlo un poquito, no caves más de 5 centímetros de profundidad porque dañarías las raíces superficiales. Esta materia orgánica aportará nutrientes a medida que se descomponga y mejorará la estructura del suelo.

 

 

• Abonado mineral

Aporta en primavera unos 50 gramos por palmera de abono mineral de lenta liberación o de un abono complejo 15-15-15. Otra opción es repartir el abono en 2 ó 3 veces a lo largo del año, sobre todo en suelos arenosos.

Distribuye los gránulos de fertilizante sobre el área de sombra, no sólo pegado al tronco. Incorpora ligeramente al suelo y riega profusamente.

Cualquiera de las dos opciones es buena. Incluso, puedes hacer un abonado más fuerte echando ambos en el mismo año: abono orgánico + abono mineral. Pero ésto sólo si quieres conseguir un crecimiento rápido del ejemplar. Por ejemplo: supongamos que compras una Palmera Canaria (Phoenix canariensis) pequeñita y quieres que desarrolle un buen tronco cuanto antes. Es la idea de los viveros productores, que siguen un plan de cultivo intensivo basado en riego y abonado frecuente para conseguir grandes tamaños en el menor tiempo posible.

 

Si aparecieran indicios de deficiencias de algún nutriente, deberás corregirlo aportarlo al suelo o sobre las palmas en forma de abono foliar, ese o esos elementos que están faltando. Es frecuente en suelos con exceso de cal las carencias de hierro, manganeso, cobre, etc., dando lugar a clorosis (amarilleo). En la siguiente foto puedes ver una Palmera Canaria con síntomas de deficiencia de magnesio:

 

 

 

 

Riego de palmeras en interior

Dentro de casa, la frecuencia del riego dependerá de varios factores:


Areca

• Cuando hace calor y las habitaciones tienen calefacción, la humedad del aire es baja y las plantas consumen más agua. Requerirán por tanto, más riego y aumentar la humedad ambiental mediante pulverizaciones sobre hojas.

• Si la temperatura es baja, crece poco, consumen menos agua y hay que regar por tanto menos.

• La especie de que se trate también es importante porque unas precisan más y otras menos y si es grande o pequeña.

No obstante, las condiciones que normalmente encuentran las palmeras en interiores raramente favorecen un crecimiento vigoroso. De media se riega 1 ó 2 veces por semana en verano y cada 15 días en invierno. Comprueba la humedad del sustrato cada 3 ó 4 días introduciendo los dedos. Siempre más vale quedarse corto que pasarse con el riego.

El substrato de las palmeras debe estar húmedo, no encharcado ni empapado.

Asegúrate que la maceta drena correctamente y que no se queda acumulada agua en el fondo; pudriría las raíces.

Abonado de palmeras en interior

Para el mantenimiento de palmeras en interiores pueden emplearse muchos tipos de fertilizantes minerales. Deben incluir nitrógeno, fósforo, potásio como elementos imprescindibles y magnesio y microelementos (hierro, cobre, manganeso, etc.) si puede ser. Tienes:

  • Fertilizantes de liberación lenta en gránulos o bastoncillos.

  • Fertilizantes líquidos que se diluyen en el agua de la regadera.

  • Abonos foliares si quieres que la planta responda más rápidamente.

Las palmeras cultivadas en los interiores crecen poco y por tanto no necesitan muchos nutrientes; es suficiente aportar pequeñas cantidades de abono. Como en el riego, el exceso hará mas daño que el hecho de quedarse corto.

La fertilización será mayor durante los meses de verano, cuando el crecimiento es mayor. Fertiliza en verano 1 vez al mes.

Las plantas cultivadas en lugares con buena luminosidad necesitan mayor cantidad de nutrientes, en especial nitrógeno.

Aparte del abono, es casi más importante hacer un cambio de maceta cada 1 ó 2 años según la especie.



Riego y abonado de palmeras


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