Fisiopatías de los frutales de hueso y de pepita

 

Frutales de pepita: manzano, peral, membrillero.
Frutales de hueso: melocotonero, ciruelo, albaricoquero, cerezo, almendro...


Los Trastornos o Fisiopatías son la mayoría de males del árbol no causados ni por plagas ni enfermedades.

1. Demasiado riego
2. Falta de riego
3. Calor, sequedad
4. Heladas
5. Viento
6. Granizo
7. Nieve
8. Envejecimiento natural
9. Juvenilidad
10. Vecería o Alternancia
11. Carencias de nutrientes
12. Clorosis férrica
13. Exceso de Nitrógeno
14. Exceso de estiércol
15. Suelo malo
16. Suelo salino
17. ¿Riegas con agua salina?
18. Daños en raíces por labrar
19. Tratamientos fitosanitarios mal realizados
20. Poda incorrecta
21. 'Enfermedad del suelo'
22. Otros trastornos



1. Demasiado riego

encharcamientos

Regar en demasía provoca la asfixia y pudrición de las raíces.

Riega lo necesario y mejora el drenaje si es deficiente.

2. Falta de riego

Es el caso contrario al anterior: una planta que está pasando sed. Síntomas:

- Hojas secas o sólo las punta y bordes.

- Caída de hojas.

- Aborto de flores. Una de las épocas que más agua necesitan las plantas es previa a la floración. Si le falta, abortan flores.

3. Calor, sequedad

Las masas de aire caliente y con baja humedad son un auténtico secador para las plantas, se marchitan.

Ola de calor: son masas de aire que se desplazan con baja humedad y temperatura de 40ºC o más.

En estas situaciones, relativamente frecuentes en verano, manten árboles bien regado.

4. Heladas

El frío, los vientos polares, las heladas... pueden producir daños importantes en árboles delicados y frioleros. Temen al frío, por ejemplo, Cítricos, Aguacate, Chirimollo, Mango... y todos los originarios de climas tropicales y subtropicales.

Los síntomas por frío pueden ser brotes quemados, flores como aceitosos los pétalos y se secan, frutos que caen.

Las heladas primaverales matan brotes, flores o frutos pequeños durane la noche.

Se dice que se produce una helada cuando la temperatura del aire (medida a un metro y medio del suelo) es igual o inferior a 0º C.

Desde el punto de vista agrícola, la helada es la situación en la que la temperatura del aire desciende hasta un punto en el que provoca daños o la muerte de las plantas.

El punto de peligro generalmente se da a -2ºC, aunque si la helada dura poco tiempo, por ejemplo, 15 minutos, puede causar poco daño. Si duran más de 3 horas las pérdidas pueden ser importantes.

Las heladas suelen producirse durante la estación invernal, aunque en algunas zonas también son frecuentes en otoño (heladas tempranas) y en primavera (heladas tardías).

Estas heladas son las más peligrosas para las plantas, puesto que al producirse fuera del periodo de reposo vegetativo pueden afectar a sus funciones vitales, como la germinación, floración o la maduración de los frutos. Además en esos momentos las plantas presentan una mayor sensibilidad.

Tipos de heladas

Las heladas pueden tener 2 orígenes:

- Heladas de advección.

Llegada de viento polar, un viento frío ante el que no se puede hacer nada. Las plantas se hielan por contacto con el aire frío. Afecta más a una parte del árbol, la que mira al norte.

- Heladas de inversión térmica o heladas de radiación.

Se produce en noches no muy frías, en las que el aire caliente se va a 10-12 metros de altura y en el suelo temperaturas bajas.

Defensa antiheladas:

- Grandes ventiladores. Estas heladas sólo se producen con poco viento, puesto que si no las capas se mezclarían. Para eso se usan los molinillos.

- Riego por aspersión (0,5-1ºC)

- Estufas

- Suelo desnudo de vegetación y regado.

Según su aspecto, las heladas se dividen en:

1. Heladas blancas (escarcha)

Son las heladas en las que se forma hielo sobre la superficie de las plantas, debido a la presencia de masas de aire húmedo. Se ven favorecidas por la ausencia de viento y de nubosidad.

2. Heladas negras

Son las heladas en las que no se forma hielo, pero se puede observar la muerte de tejidos vegetales, que adquieren tonos oscuros (de ahí su nombre). En estos casos, las masas de aire no contienen humedad. Están favorecidas por la existencia de nubosidad y de viento en la zona.

Defensa ante helada

- Escoger plantas que se puedan adaptar bien a las condiciones de nuestro jardín. Si vivimos en zonas en las que se produzcan heladas con frecuencia deberemos cultivar especies y variedades resistentes a las heladas y a las bajas temperaturas y descartar las que no.

- Evitar cultivar las especies más sensibles en las depresiones del jardín.

- Mantener el suelo con una capa de tierra suelta, que actúe como aislante, y sin malezas, que aumenten el riesgo de heladas.

- Colocar protectores alrededor de las plantas (pantallas de cartón, de madera o de cualquier otro material) y recubrir las superficies con una capa de compost, paja, serrín, madera o turba.

- Para proteger la parte aérea es posible instalar un armazón de alambre cubierto con plásticos con agujeros, cortinas viejas, tela de arpillera...

- Arbustos o frutales en espaldera se podrían cubrir con plástico si se prevee una noche muy fría en primavera.

- Riego por aspersión de agua. Consiste en equilibrar la pérdida de calor de las plantas mediante la provisión del calor de fusión del agua que se suministra con el riego. Al congelarse el agua desprende un calor equivalente a 80 calorías por gramo de agua. De esta forma se consigue que la temperatura permanezca constante (muy próxima a 0º C), aunque es necesario mantener el riego mientras la temperatura del aire presente valores negativos.

- Inundación del suelo. Con este método se consigue aumentar la capacidad calórica del terreno y su conductividad térmica.

- Mezcla mecánica del aire frío y caliente. Se ponen en funcionamiento aparatos con grandes hélices que mezclan la capa de aire frío del suelo, con las capas más cálidas situadas por encima.

- Calentamiento del aire. Consiste en utilizar distintos tipos de calefactores (de petróleo, de gas, de combustibles sólidos, etc.) para calentar el aire frío que rodea a las plantas.

5. Viento

- El viento fuerte y racheado produce rotura de ramas, caída de hojas, de flores y de frutos e incluso árboles enteros.

- El viendo seco marchita a los vegetales; puntas y bordes secos.

- El viento frío quema a la planta.

- El viento de la costa deposita sales del mar y éstas producen quemaduras en las hojas.

En zonas ventosas es preciso crear cortavientos protectores como setos, láminas de brezo, cañizos, muros, etc..

6. Granizo

granizos pedrisco

Ocasiona daños cuantiosos.

Provocan defoliación y marcas en hojas, tallos y sobre todo, en frutos, por donde pueden entrar a continuación hongos y bacterias.

Después de una granizada si ha dañado los frutos, es muy aconsejable pulverizar con fungicidas para evitar su contaminación por hongos productores de podredumbres como Botritis.

Se deberá tratar antes de pasadas 24 horas del granizo (o al día siguiente), con Captan, Carbendazima, Folpet, Mancozeb, Metil tiofanato, Ziram, etc., pero lo importante es realizarlo lo antes posible.

7. Nieve

La nieve acumulada troncha las plantas.

El hielo es dañino cuando se licúa la nieve.

8. Envejecimiento natural

Un árbol frutal puede estar mal o producir poco porque ya está viejo.

Las especies de árboles tienen una longevidad diferente y terminan debilitados y le atacan hongos de la madera, Armillaria o termitas. Árboles que viven pocos años, con 25-30 años mueren o degeneran mucho:

- Níspero
- Membrillero
- Prunus (por ejemplo, Prunus cerasifera 'Pissardi')

Melocotón

Periodo improductivo de entrada en producción: 2, 3 años.
Periodo de producción creciente: 4, 5 años.
Periodo de plena producción: 12, 13 años.

9. Juvenilidad

No florece porque el árbol frutal no ha llegado a una edad determinada.

10. Vecería o Alternancia

Es un fenómeno que presentan algunas especies frutales en las que hay años que tienen mucha carga de frutos y al siguiente muy baja. Años de superabundancia son de peor calidad (más pequeños).

Hay especies que nunca dan alternancia y otras tienen más tendencia a la vecería, por ejemplo, el olivo se dice que es muy 'vecero'. También cítricos, mango, aguacate, etc. lo son

El olivo en años de mucha carga, el crecimiento de brotes es menor, puesto que los frutos compiten con ellos quedándose con más nutrientes que produce el ramo. En olivo, la producción va sobre las yemas formadas el año anterior. El trozo que crece el año de carga tiene menos longitud que los anteriores, tenemos menos yemas.

Un olivo puede entra en un ciclo de alternancia si por ejemplo, un año hay una helada o una mala floración y tenemos poca cosecha. Para solucionarlo (no es fácil) se puede hacer aclareo de ramas. Los años de poca metida hacer una poda menor; si son más largas damos más poda.

En cítricos no mantener mucho el fruto por la inhibición floral, pero hay años que por maduración tenemos que correr el riesgo y dejarlo más tiempo en el árbol.

11. Carencias de nutrientes

deficiencia de nutrientes

La falta de uno o más de los 13 elementos esenciales que necesita toda planta provocará problemas en los árboles.

  • Macronutrientes: Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Calcio, Magnesio y Azufre.

  • Micronutrientes: Hierro, Manganeso, Boro, Cobre, Zinc, Molibdeno y Cloro.
Las carencias de nutrientes se identifican de manera precisa mediante análisis foliar en laboratorio, pero visualmente también es posible el diagnóstico.

Los árboles a menudo crecen en suelos que no poseen suficientes elementos disponibles para un crecimiento y desarrollo satisfactorios.

Por ejemplo, la carencia más abundante en frutales es la de hierro (Fe) debido al elevado contenido de cal en el suelo que impide que el hierro esté soluble y, por tanto, accesible para absorberlo las raíces.

Para evitar problemas, abona todos los años con un fertilizante equilibrado que incluya Nitrógeno, Fósforo y Potasio, a ser posible de lenta liberación, o abonos orgánicos (mantillo, estiércol, humus de lombriz, etc.).

Conviene añadir un poco de quelatos de Hierro y de otros micronutrientes con el fin de conseguir unas hojas más verdes.

Los frutales son cultivos muy sensibles a casi todos los micronutrientes. Necesitan bastantes.

Si se no se abona nunca aparecerán las carencias tarde o temprano.

El pH del suelo y las carencias

La mayoría de frutales prefiere un pH inferior a 7 y hasta 7,5. La única excepción es el Manzano que soporta mejor un pH alcalino.

Si la acidez o la alcalinidad no es muy extrema, se puede corregir mediante el uso de fertilizantes de reacción opuesta.

Si el suelo es muy ácido, aún se puede, poco a poco, aumentar el pH a un nivel aceptable sin bloquear nutrientes.

Si el pH es demasiado alto y con mucha cal, no hay forma de neutralizar el suelo, pero sí paliarlo con quelatos y bajando el pH con aplicaciones de sulfato de hierro, azufre o turba rubia cada cierto número de años.

Por ejemplo, en España hay muchas carencias de micronutrientes. Buena parte de los frutales están en suelos alcalinos y además, con climas secos, que todavía dificulta más la absorción de los microelementos.

Es bastante frecuente en cítricos y melocotoneros a los 4-5 años y 2-3 años de plantar, cuando la raíz llega a la caliza.

Se resuelve mediante quelatos de hierro en primavera y en verano. Aplicar al suelo o con fertirrigación (goteo). Foliar no suele absorberse bien.

Se fabrican quelatos A-Z que contienen todos los microelementos.

Nitrógeno (N)

La falta de Nitrógeno produce en la planta un menor crecimiento, follaje escaso y hojas viejas amarillentas.

Hojas verde pálido tirando a amarillo. Se reduce todo el crecimiento.

Esta clorosis general se inicia por las hojas más viejas, empezando por los ápices.

El exceso de Nitrógeno también es muy perjudicial: crecimiento exagerado, formando plantas débiles y tiernas y, por tanto, más propensas a las plagas y enfermedades, al viento, a la lluvia y al granizo, al frío, etc..

Fósforo (P)

- Hojas viejas con un color verde pálido hacia coloración rojiza, con las bordes secos y un color entre violeta y castaño.

- Escasa producción de flores y de frutos.

- Desarrollo lento.

- Atrofia y raquitismo de las raíces.

No se dan excesos de este macroelemento.

Potasio (K)

Poco crecimiento y bordes de las hojas de color amarillento y pardo-rojizo. Se reduce la floración, fructificación y desarrollo de toda la planta.

El borde de la hoja rojo y las hojas tienden a enrollarse hacia arriba.

Incide en la calidad comercial de la fruta.

No hay excesos puesto que serían necesarias cantidades ingentes de abono.

Plantas afectadas: ornamentales y frutales, sobre todo manzanos y perales.

Causa: suelos arenosos o con alto contenido en caliza o turba.

Control: fertilizantes de potasio.

Calcio (Ca)

Las deficiencias de Calcio son raras.

En el manzano el fruto se cubre de manchas pardas formadas por un tejido de aspecto acolchado llamado Bitter Pit.

Magnesio (Mg)

Su deficiencia se ve bien y es frecuente. Es una clorosis intervenal en hojas viejas. Si fuera en hojas nuevas, es decir, en las brotaciones y las de las puntas, habría que pensar en micronutrientes.

En general, los suelos agrícolas se encuentran bien dotados de Magnesio.

Causa: suelos ácidos, riegos intensos o lluvias que laven el Magnesio o altos niveles de Potasa.

Las carencias de Magnesio son muy frecuentes en fincas donde se aplica Hierro en grandes cantidades sin controlar bien las concentraciones en hojas. Partes cloróticas pigmentadas, simétricas respecto al nervio central.

Para corregir graves deficiencias se puede usar Sulfato de magnesio y quelatos. Se puede corregir mediante aplicación foliar.

Manganeso (Mn)

En muchos cultivos se parecen los síntomas de carencia a los del Hierro: clorosis entre los nervios que quedan verdes. Sin embargo, en el caso del Manganeso tienen una aureola verde. Con carencias muy fuertes también los nervios amarillean.

La carencia de Manganeso es más difícil de detectar en campo. Los nervios aparecen en verde sobre un fondo verde-amarillento.

Las hojas jóvenes en crecimiento no muestran síntomas de deficiencia.

Causas de las carencias

- Suelos ligeros, ácidos y pobres en Manganeso y lavados.

- Suelos con pH alto.

- Aplicaciones fuertes de Hierro (por ejemplo, Sequestrene).

Aplicar quelatos de manganeso al suelo o foliar o Sulfato de manganeso al suelo o pulverizando con él.

Zinc o Cinc (Zn)

El Zinc es el más importante en Peral y Cerezo. Aparición de hojas pequeñas y estrechas.

Se manifiesta en las hojas más jóvenes. Los entrenudos se acortan en los brotes, formando rosetas de hojas amarillentas. Las hojas viejas aparecen bronceadas y se caen fácilmente.

Las causas de la carencia son:

Suelos ácidos, arenosos pobres en Zn.
Suelos con pH alto.

Lo mejor son quelatos en el suelo o foliar, o bien, pulverizar con sulfato de zinc.

Boro (B)

Casi todos los frutales son sensibles a las carencias de Boro. Es importante sobre todo en olivo y manzano (para la calidad y la cantidad de la fruta).

En suelos alcalinos es donde se dan las carencias de Boro.

El pH elevado bloquearía el Boro aplicado como sal (Borax). Son necesarias dosis muy altas para obtener el efecto deseado, con riesgo de toxicidad.

La aplicación foliar tiene el riesgo de quemaduras y la absorción es difícil. Es preferible, fraccionándola, a los quelatos, ya que necesita menos tiempo para llegar a las raíces. Por esto, la vía foliar es más interesante para este cultivo.

Borax al suelo o pulverizar con solubor 0,1%, teniendo claro que esto puede ser fitotóxico.

Molibdeno (Mo)

Los síntomas de carencia son muy parecidos al Nitrógeno: una clorosis general, afectadas las hojas viejas (Hierro son primero las hojas nuevas, los brotes). La planta de verde claro tira a amarillo.

Cobre (Cu)

Los síntomas de carencias son poco específicos y es difícil de diagnositicar.

Aparecen primero en las hojas jóvenes y activas. Las hojas jóvenes resultan pequeñas y sus extremos se necrosan.

Causas de las carencias:

- Concentraciones bajas en suelos ácidos y lavados

- PH alto.

Cloro (Cl)

Es una deficiencia muy rara: marchitez, clorosis.

12. Clorosis férrica

carencia de hierro

La carencia de nutriente más común es la clorosis férrica (falta de Hierro).

Es corriente considerar todas las clorosis (amarilleo) como clorosis férricas, y por eso no todas las aplicaciones son eficientes.

En el caso de la carencia de hierro (clorosis férrica) se ven hojas amarillentas pero con los nervios verdes. Primero en las hojas jóvenes y luego en las viejas también.

No es una clorosis uniforme. Por ejemplo, se puede ver en el mismo árbol ramas con clorosis bastante fuerte junto a ramas sin clorosis.

Causa

Normalmente las carencias aparecen a causa de un bloqueo de este elemento en el suelo.

En terrenos calizos (alcalinos) es posible que la planta no pueda asimilar el hierro. También por riego con aguas muy duras (calcáreas), escombros de construcción enterrados...

Solución

- Elige especies frutales y variedades compatibles al tipo de suelo, es decir, no sensible a la clorosis férrica, o al menos con portainjertos (patrones) resistentes a la cal.

- Acidifica el suelo con sulfato de hierro, turba rubia o azufre en grandes extensiones. Al bajar el pH se liberará hierro soluble para las plantas.

- Aporta quelatos de Hierro para proporcionar el Hierro que está faltando.

- Los quelatos de hierro se pueden aplicar al suelo o en forma líquida pulverizando sobre las hojas.

- Los quelatos por vía foliar y van bien (las hojas se vuelven verdes, efecto casi inmediato).

- Si no tienes claro que es por Hierro, usa un "cóctel" que incluye todos los Micronutrientes, llamado Correctores de carencias A-Z. Ejemplo de marca comercial: Hortrilon de Compo.

13. Exceso de Nitrógeno

Un exceso de fertilizante produce estos perjuicios:

- "Quema" a las plantas, manifestándose en puntas y bordes secos.

- Crecen bastante pero florece poco.

- Se crean plantas débiles y tiernas, y, por tanto, más propensas a las plagas y enfermedades, más débiles al viento, a la lluvia y al frío.

Si te has pasado con el abono, aplica riegos abundantes al suelo o substrato de la maceta para intentar "lavar" el exceso de fertilizantes.

14. Exceso de estiércol

materia orgánica

Usa un estiércol bien fermentado, sin echar en exceso y mezclándolo concienzudamente con la tierra para que no esté en contacto directo con las raíces porque podrían quemarse.

15. Suelo malo

suelo

Cuidado con lo que hay debajo, el árbol podría amarillear.

- Una roca dura
- Capa compactada.
- Capa litificada ( costras calizas duras, rocas ).
- Rellenos de obra, escombros u hormigón.

Si un árbol no dispone de profundidad útil para las raíces se notará en un menor crecimiento.

16. Suelo salino

salinidad en hojas

Hay suelos con un contenido natural en sales alto que perjudica a las plantas. No son frecuentes pero algunas veces se dan.

Los síntomas son iguales que la sobrefertilización: necrosis que empiezan por las puntas y los bordes de las hojas.

La corrección consiste en dar varios riegos copiosos para que el agua arrastre las sales solubles y se eliminen por el drenaje. En el caso de macetas, además del "lavado", es bueno el cambio del substrato.

Los vientos salinos ocasionan idénticos daños. En zonas próximas al mar es corriente ver cortavientos de cañas, cipreses y adelfas.

17. ¿Riegas con agua salina?

Ciertas aguas de pozo pueden llevar sales que queman las puntas de las hojas, amarillean y caen.

Lo ideal es hacer un análisis de agua en laboratorio y si es salina, no usarla para regar

18. Daños en raíces por labrar

No labres la tierra con la azada profundizando porque romperías raíces. Ni con motocultor.

19. Tratamientos fitosanitarios mal realizados

fumigacion

Aplica la dosis indicada por el fabricante. Si dosificas 'a ojo' existe riesgo de quemaduras por sobredosificación.

No trates cuando haga mucho calor, sino al amanecer o al atardecer.

20. Poda incorrecta

poda desmochado

- La poda agota, debilita.

- Te puedes cargar la floración por hacer la poda en una época equivocada.

- Plantas que no aguantan una poda fuerte. Por ejemplo, cortar una rama gorda de Cerezo o Ciruelo puede matar al árbol.

- Transmisión de enfermedades por herramientas.

- Malos cortes.

- Algunas especies pueden perder mucha savia.

- Las podas agotan a los árboles, disminuye su duración y son más peligrosos por riesgo de caída.

- Podas mal realizadas propician la penetración de hongos en heridas sin cicatrizar.

- Las heridas grandes (podas exageradas, desgarros...) producirán, con seguridad, pudriciones graves de la estructura, 10, ó 15 años más tarde.

- Un árbol que sufre estrés es más vulnerable a plagas y enfermedades.

21. 'Enfermedad del suelo'

En suelos cultivados por árboles frutales más de 10 años no se debe replantar con otro de la misma especie.

Las causas son: el agotamiento de microelementos, hongos que persisten y toxinas segregadas por el árbol viejo.

Síntomas: disminución del vigor y del desarrollo.

- No replantes con la misma especie.

- Cambia la tierra hasta una profundidad de 50 centímetros y un ancho como el de las raíces.

22. Otros trastornos

- Compactación del suelo en árboles.

- Alcorques que no permiten la entrada de agua ni oxígeno.

- Recrecidos del terreno más de 40 centímetros es peligroso (poner una capa de grava y tubos de drenaje). Los rebajes hay que evitarlos.

- Daños de raíces por hacer zanjas. Recortar la herida limpiamente y aplicar fungicida.

- Suelos contaminados por escapes de gas, por orines de perros y gatos, detergentes, aceites, productos fitosanitarios... cualquier contaminante que haya podido caer al suelo perjudica a las plantas.

Evitar la elevada densidad de plantas que provoca debilitamiento y enfermedades en el arbolado.



Plagas de los árboles frutales de hueso y de pepita

1. Cochinillas
2. Pulgones
3. Mosca blanca
4. Trips
5. Araña roja (Tetranychus urticae)
6. Nematodos (Meloidogyne, Heterodera, Ditylenchus...)
7. Caracoles
8. Roedores
9. Pájaros
10. Avispas
11. Mosca de la fruta o Ceratitis (Ceratitis capitata)
12. Acaro rojo de los frutales (Panonychus ulmi)
13. Orugas de mariposas en frutales
14. Perforadores de troncos y ramas (Zeuzera pyrina y Cossus cossus)
15. Oruga o Polilla oriental del melocotonero, Gusano del durazno, Cidia (Cydia molesta - Grapholita molesta) y Anarisa (Anarsia lineatella)
16. Gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis)
17. Mosca de las cerezas (Rhagoletis cerassi)
18. Carpocapsa (Cydia o Carpocapsa pomonella)
19. Falsos gusanos de las ciruelas y las peras (Hoplocampa minuta y H. brevis)
20. Gorgojo del manzano (Anthonomus pomorum)
21. Arañuelo del manzano (Hyponomeuta malinellus)
22. Sila o Mieleta del peral (Psylla piri)


Enfermedades de los árboles frutales de hueso y de pepita

1. Oidio o Cenizo en Frutales
2. Roya del peral (Gymnosporangium sabinae)
3. Cribado o Perdigonada (Claterosporium carpophilum)
4. Lepra del melocotonero o Abolladura (Taphrina deformans)
5. Monilia o Momificado (Monilia sp.)
6. Fusicocum
7. Mal del plomo
8. Roña o Moteado de manzanas y peras (Venturia spp.)
9. Moteado del níspero (Fusicladium eriobotryae)
10. Septoriosis del peral (Septoria piricola)
11. Fuego bacteriano o Chamuscado (Erwinia amylovora)
12. Bacteria Pseudomonas syringae
13. Podredumbre blanca de las raíces (Armillaria mellea y Rosellinia necatrix)
14. Negrilla
15. Tumores o Agallas del cuello (Agrobacterium tumefaciens)
16. Virosis de frutales
17. Virus de la Sarka


Trastornos en árboles frutales

1. Demasiado riego
2. Falta de riego
3. Calor, sequedad
4. Heladas
5. Viento
6. Granizo
7. Nieve
8. Envejecimiento natural
9. Juvenilidad
10. Vecería o Alternancia
11. Carencias de nutrientes
12. Clorosis férrica
13. Exceso de Nitrógeno
14. Exceso de estiércol
15. Suelo malo
16. Suelo salino
17. ¿Riegas con agua salina?
18. Daños en raíces por labrar
19. Tratamientos fitosanitarios mal realizados
20. Poda incorrecta
21. 'Enfermedad del suelo'
22. Otros trastornos



Problemas varios de los frutales


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