Oidio,
Blanquilla, Blanqueta, Mal blanco, Moho blanco,
Cenizo, Oidiopsis, Oidios, Oidium
Oidio
de las fresas, manzano, tomate, rosal, evónimo,
frutales, melocotonero, cerezo, ciruelas...
(Uncinula
spp.,
Erysiphe spp., Sphaerotheca spp.,
etc.)
Síntomas y daños
El Oidio es un hongo que se diagnostica bien.
Se manifiesta como polvo blanco o cenizo muy
típico, en hojas, brotes y también
en frutos. Las hojas y tallos atacados se vuelven
de color amarillento y terminan por secarse. En
la flor es menos frecuente.
Es una enfermedad muy común y que causa
graves daños. En Rosal, por ejemplo,
aparece año tras año.
Son más sensibles al oidio el Rosal, Evónimo,
Geranios, Dalias, Phlox paniculata, etc..
Las esporas del hongo son transportadas por el
viento y caen sobre las hojas, germinando ahí
introduciendo unas raicillas para absorver las
sustancias nutritivas.
Algunas plantas son más sensibles al Oidio,
pero en general, casi todas pueden sufrir su
ataque si se dan las condiciones favorables.
Son muy sensibles el Rosal, Laurel real, Evónimo,
Roble, Plátano de sombra, Árbol
de Júpiter, Geranio, Dalia, Flox, Begonia,
Hibisco, Saintpaulia, etc., por poner algunos
ejemplos.
El Melocotonero es el más vulnerable. En
Albaricoquero, Cerezo y Ciruelo es menos grave.
También los frutos se cubren de manchas
blancas y redondeadas. Melocotones, Cerezas y
Ciruelas así, dejan de ser comestibles.
Le favorece las primaveras muy húmedas
(en torno al 70-80%) y temperatura suave. Desaparece
en pleno verano, siempre que el termómetro
pase de 35ºC, para resurgir en otoño.
No quieren agua líquida para su desarrollo,
pero sí humedad. Se diseminan por el viento.
Puede llegar a ser muy grave dependiendo de la
zona. En fincas cercanas a un río la humedad
es más alta y son más graves los
ataques.
Afecta más a las plantas más
débiles y a las que estén a la sombra,
de hecho, la ubicación de las plantas al
sol puede ser suficiente para que desaparezca.
Por ejemplo, los Evónimos a la sombra son
muy atacados, pero puestos al sol, lo son mucho
menos.
Control
-
No plantar muy denso.
-
Eliminar malas hierbas de alrededor. La Corregüela
es una hierba que siempre tiene oidio y de ella
pasa a nuestras plantas por el viento.
-
Elimina las hojas y partes infectadas (ya
no se recuperan) para que no contagie a las de
alrededor.
-
Eliminar restos de cultivo.
-
En lugares cerrados, como invernaderos o terrazas
acristaladas, debe haber una buena ventilación.
Fungicidas
-
La estrategia es usar al principio fungicidas
de contacto, y los tratamientos posteriores deberán
hacerse con fungicidas sistémicos.
-
El
Oidio es un hongo externo, se desarrolla sobre
la superficie, no penetra en las hojas, y por
lo tanto, se puede atacar con fungicidas de forma
curativa, una vez que ha infectado. Los demás
hongos penetran en la hoja y los fungicidas sólo
sirven para prevenir, para evitar que realicen
la infección. Porque una vez que están
dentro, poco se puede hacer. No obstante, hay
productos curativos siempre que se apliquen en
las primeras 24-48 horas posteriores a la infección.
-
Con el Oidio por tanto, podemos actuar curativamente,
con la planta ya infectada, pero no es lo más
recomendable, desde luego, es preferible usar
productos que eviten dicha infección, preventivos.
Si la planta está ya infectada, no quedará
más remedio que acudir a fungicidas sistémicos.
-
Los Fungicidas de contacto son preventivos
principalmente: Azufre y Dinocap. El Azufre
es un antiodio barato y eficaz, además
también mata a Ácaros y sirve como
nutriente. No lo apliques cuando la temperatura
sea superior de 33ºC porque produciría
quemaduras. También se utiliza Dinocap,
pero es más mediocre que el Azufre.
-
Fungicidas sistémicos: Penconazol,
Ciproconazol, Pirifenox, Fenarimol, Propiconazol...
Los reservamos mejor para cuando ya se vea el
hongo blanco, para prevenir, Azufre o Dinocap.
-
Como es una enfermedad que ataca la parte joven
de la planta y la planta está constantemente
creciendo, los tratamientos preventivos con Azufre
o con productos sistémicos, han de hacerse
frecuentemente (cada 15 días a partir de
primavera en Rosales, que es una planta muy sensible).
Se repetirá el tratamiento en cada reaparición.
-
En el mercado puedes encontrar diferentes antioidios.
Oidio en la Vid (Uncinula necator)
Oidio
en la vid
El
hongo se desarrolla sobre hojas, brotes y frutos,
apreciándose en ellos las típicas
manchas harinosas blancas. Los daños más
importantes son los causados a los frutos.
Requiere
alta humedad para infectar, pero no agua líquida.
Primavera es ideal para ello. La borra puede cubrir
hojas, racimos o ramas y provoca deformaciones,
abarquillamiento de hojas y rajado de uvas.
El
inóculo llega por el viento y penetra por
los estomas de la hojas. Puede producir daños
importantes en granos pequeños (guisante).
Control
Al
ser esta enfermedad de desarrollo externo, se
puede combatir una vez que aparece (el Mildiu
sólo puede prevenirse).
En
aquellos sitios donde la enfermedad no sea crónica,
se puede esperar hasta que veamos los primeros
síntomas y tratar con azufre (en pulverización
o espolvoreo).
El
producto más utilizado es Azufre, el histórico
preventivo y de control en las primeras fases
de desarrollo de la enfermedad. Es barato y además
frena a los ácaros. Dinocap se usa mucho
menos eficaz.
No
tratar con Azufre con temperaturas superiores
a los 32ºC puesto que se pueden producir
quemaduras en las hojas. Aplicar el azufre a primeras
horas de la mañana o últimas de
la tarde, para evitar quemaduras que pueden darse
con temperaturas altas.
Como
norma general, habrá de tenerse en cuenta
que el azufrado se hará después
del tratamiento con Caldo bordelés (sulfatado)
y no antes, para evitar quemaduras. Debe hacerse
en espolvoreo.
Se
pueden utilizar otros productos sistémicos
como penconazol, fenarimol, triforina y muchos
más; o aplicarlos en zonas endémicas,
donde es previsible la presencia del hongo.