Enfermedades de los setos de coníferas

 

Desecamiento de coníferas, Seca de setos, Enfermedad del seto de conífera




Es muy común ver setos de coníferas parcial o totalmente secos, así como ejemplares aislados de coníferas (tuyas, cipreses, abetos, pinos, etc.) con problemas.

Las causas pueden ser varias, como cualquier otra planta: plagas, enfermedades o trastornos. Aquí se exponen las más frecuentes en coníferas y particularmente en setos de coníferas:

  1. Hongo Phytophothora

  2. Hongo Seiridium

  3. Carencia de Magnesio y otros nutrientes

  4. Exceso de riego

  5. Falta de agua

  6. Falta de luz en el interior de la planta

  7. Frío invernal



1. Hongo Fitóftora (Phytophthora spp.)



Síntomas y daños

También se le llama "Enfermedad de los setos", porque es relativamente frecuente en setos de Tuyas (Thuja spp.), Cipreses (Cupressus spp.) y sobre todo en Leylandi (x Cupressocyparis leylandii).

Phytophthora afecta a otras Coníferas como Cedros, Juniperus, Ciprés de Lawson, Tejo, etc., a la mayoría de árboles y arbustos. Es una enfermedad bastante polífaga.

Las hojas se van secando por zonas de dentro hacia afuera.

La planta termina muriendo por la pudrición de raíces.

Este hongo vive en la tierra y cuando se dan las condiciones ideales coloniza las raíces y la zona del cuello de las plantas.

La causa principal que activa al patógeno es el exceso de agua por encharcamiento, mal drenaje, riego elevado.

Control

Fitóftora hay que prevenirla, puesto que curar una planta infectada es complicado.

Lo más importante es evitar los riegos excesivos.

Un seto junto al césped es problemático porque recibirá mucho agua. Las necesidades de agua de ambos son opuestas.

Deja de regar hasta que la superficie de la tierra esté seca, y vuelve a regar con moderación, dejando secar la tierra entre los intervalos, ya que las coníferas están mucho mas preparadas para aguantar la falta del agua que el exceso de ella.

No existe un control químico eficaz, pero se puede intentar haciendo pulverizaciones sucesivas para que lleguen al cuello y raíz.

A la venta hay fungicidas con relativa eficacia. Uno es, o era, el Fosetil-Al (marca comercial Aliette) cada 20 días, excepto en invierno. Dobla las indicaciones de la etiqueta si están muy enfermos.

Este problema es más complicado en fases avanzadas de la enfermedad. Es decir, si pillamos en los primeros síntomas y aplicamos algún fungicida (Fosetil- Al) es más probable atajar la enfermedad.

El Fosetil-Al al 80%, como preventivo, se aplicará en abril-mayo, julio y septiembre (meses referidos al Hemisferio Norte).

Excava y quema todas las plantas muertas por Fitóftora.

No plantes en el mismo lugar la misma especie, puesto que el hongo permanece en la tierra y morirían igualmente. Extrae esa tierra y rellena con otra no contaminada.

Para matar el hongo de la tierra y desinfectarla puedes hacer el hoyo, quemar las raíces dejando las cenizas ahí y esperar varios meses que caigan varias lluvias y a finales de invierno, prueba de sembrar otro tipo de seto, de una planta que te aseguren que resiste los hongos de la tierra. Lo ideal sería mantener el hoyo abierto 1 ó 2 años, pero esto en la práctica es complicado.

Si está en maceta, tira la tierra y desinfecta la maceta antes de plantar otra cosa.

2. Seiridium de las Cupresáceas (Seiridium cardinale = Coryneum cardinale)



Es una enfermedad frecuente y que produce graves daños, tanto en setos como en árboles aislados de coníferas.

Seiridium infecta tronco y ramas; Phytophthora infecta las raíces.

La especie más afectada son las Macrocarpas (Cupressus macrocarpa). El Ciprés común (Cupressus sempervirens) también es muy susceptible y luego viene el Leylandi (x Cupressocyparis leylandii) en cuanto a susceptibilidad.

Seiridium puede atacar a las siguientes especies de coníferas:

- Ciprés (Cupressus sempervirens)
- Macrocarpa (Cupressus macrocarpa)
- Arizónica (Cupressus glabra)
- Ciprés de Leyland (x Cupressocyparis leylandii)
- Tuyas (Thuja spp.)
- Enebros (Juniperus spp.)
- Ciprés de Lawson (Chamaecyparis lawsoniana)
- Criptomeria (Cryptomeria japonica)

Síntomas

'Cancro' por Seiridium
'Cancro' por Seiridium


Las esporas del hongo infectan los árboles o setos por cortes de poda, pequeñas grietas en la corteza, picaduras de insectos, etc.

El primer síntoma es el punto por donde penetra el hongo, mostrándose la corteza marrón-rojizas, ligeramente deprimidas, se resquebraja y suelta resina (ver foto superior). Raspando el tejido es rojizo en lugar de verde.

La rama que queda por encima del chancros se seca y toma un color pardo-rojizo.

Para saber si es un hongo u otro, solo tendrás que fijarte en su corteza. El Seiridium produce chancros en la madera (grietas, o anillos), mientras que la Fitóftora, no.

Control

  • Lo mejor es la prevención con medidas como las siguientes:

    Saber que las especies más sensibles son:

    - Macrocarpas (Cupressus macrocarpa)
    - Ciprés común (Cupressus sempervirens)
    - Ciprés de Leyland (x Cupressocyparis leylandii).

    Las menos sensibles son:

    - Arizónicas (Cupressus arizonica)
    - Ciprés de Lawson (Chamaecyparis lawsoniana)
    - Tuyas (Thuja spp.)

    Tenlo en cuenta a la hora de elegirlas, sobre todo si en tu zona hay muchos problemas con este hongo, no plantes las especies más sensibles (Macrocarpa, Ciprés y Leylandi).

  • Inspecciona las plantas al comprarlas. Si tienen ramas secas, chancros o heridas en la madera con pústulas negruzcas.

  • Mantén los árboles bien cultivados, que estén fuertes y sanos. Una planta débil es presa fácil de insectos y hongos.

  • Aplica preventivamente sobre todas las Cupresáceas del jardín un fungicida al inicio de la brotación en primavera. Repetir a los 20-25 días, otro más a finales de verano, e incluso, un cuarto tratamiento si el otoño es cálido y húmedo. Así quedará protegida la planta.

    Si ya está la planta afectada:

  • Poda las partes atacadas.

  • Aplica fungicida intentando proteger lo demás.

  • Los chancros sobre troncos y ramas se pueden eliminar con una navaja afilada, aplicando después pasta desinfectante-cicatrizante.

  • Riega y abona para vigorizar.

  • Limpia y desinfectar las herramientas de poda o recorte empleadas en los árboles enfermos con alcohol o lejía para no ir propagándolo de planta en planta.

3. Carencia de Magnesio y otros nutrientes



La falta de magnesio se caracteriza por la seca de las puntas de las coníferas.

Si el amarronamiento empieza por los extremos de las ramas puedes echarle un producto que venden como "Antiamarronamiento de coníferas".

Si el amarronamiento se produce desde el interior hacia las agujas, puede deberse a hongos o insectos.

El producto antiamarronamiento básicamente es un fertilizante que aporta Magnesio, Nitrógeno y Azufre.

Preventivo y curativo cuando aparecen coloraciones marrones por la falta de magnesio que afectan a pinos, abetos, tuyas.

Para prevenir, esparce cada año. Para curar, pulverizar los árboles, bien por la mañana o al atardecer evitando las horas de pleno sol o fuerte calor. Dejando pasar una semana de intervalo entre cada aplicación, repetir la operación 2 ó 3 veces. Leer la etiqueta.

4. Exceso de riego

Las raíces se pudren por regar excesivamente, generalmente cuando el suelo tiene mal drenaje, está en zona baja que acumula agua, se encharca, su textura es arcillosa, etc.

5. Falta de agua



Seca porque la planta pase sed. Más típico es este problema en macetas y en plantaciones jóvenes (estrés post-trasplante).

Si la falta de agua va acompañada de exceso de sol es aún más peligrosa, se "quema" la planta.

6. Falta de luz en el interior de la planta

Las coníferas, por ejemplo, tuya, al no recibir luz ni aire en el interior se despueblan por dentro. Hasta cierto punto se puede considerar normal.

No abandonar la poda porque se ensancha y el interior queda más oscura.

Limpia todo lo seco con unos guantes para mejorar la ventilación. Se puede podar para intentar que ramifique.

7. Frío invernal

A veces el frío produce amarronamiento temporal; hasta que "despiertan" tras el invierno y se repobla.



Enfermedades de las coníferas


Más información en el Archivo:


Enfermedades del ciprés