
El clima y los árboles
Cada
especie arbórea tiene su clima idóneo
donde se desarrolla y vive mejor. Hay climas cálidos,
fríos, secos, húmedos, etc. y en cada
uno de ellos se da una vegetación específica.
Por ejemplo, los árboles del Amazonas se morirían
todos si se plantasen al aire libre en Noruega, o los
árboles norteños de las montañas,
como los Abetos, no se dan bien en climas calurosos.
Cuando
tengas que elegir un árbol para tu jardín
deberás tener en cuenta el clima que
tienes, además del suelo, del espacio disponible
para que se desarrolle, de la estética que quieras,
etc..
Mira
a tu alrededor, en jardines públicos y privados
para saber si tal especie se desarrolla adecuadamente
por ahí o no.
Si
te diriges a un vivero o centro de jardinería cercano
será normalmente otro buen indicativo de los árboles
que tienen a la venta se dan bien, pero no necesariamente.
Algunas veces se venden por desconocimiento especies que
no son apropiadas a la climatología local y después
de un tiempo languidecen, malviven y mueren. En el tema
de los frutales es frecuente, por ejemplo, cerezos o groselleros
a la venta en climas muy cálidos, sin el frío
invernal que necesitan acumular para fructificar.
Infórmate
antes de comprar un árbol frutal si se da bien
esa variedad concreta o no. Tienes un artículo
amplio sobre este tema del clima y los frutales pulsando
aquí.
En
el caso de que compres por catálogo o traigas
un árbol procedente de otros climas es vital
conocer si vivirá feliz o no en tu jardín.
Veamos
los parámetros climatológicos que hay
que conocer en relación a los árboles
y los demás tipos de plantas.
1.
Temperatura
¿Aguantará
el frío o el calor de mi clima?
Nos
interesa saber si resistirá el frío
o no. Es decir, si aguanta las heladas y qué
grado de éstas, porque pueden ser heladas débiles
(-1 ó -2º C) o fuertes (inferior a -10º
C, por ejemplo). Un Naranjo por debajo de -5ºC
se le queman hojas, a una Palmera Wachintona también;
una Palmera Canaria aguanta algo más, etc., etc.
Ficus benjamina
Estos
Ficus benjamina de la fotografías superiores
se helarían en unos climas y en otros
viven en el jardín exterior muy bien.
2.
Lluvia o pluviometría
Los
bosques tropicales de América reciben muchísima
agua de lluvia. En el desierto del Sahara llueve poquísimo
en el año. Es evidente que en cada sitio vivirán
especies de árboles diferentes, con diferentes
necesidades de agua.
Si
no vas a regar o quieres gastar poca agua es importante
elegir árboles que aguanten bien la sequía.
Hay muchísimos, por ejemplo, todos los originarios
de un clima como el Mediterráneo.
Selva húmeda y desierto
3.
Luz
Este
tema de la luz y los árboles no es tan determinante
como en otro tipo de plantas (arbustos, flores,...).
Por ejemplo, el Ficus benjamina vegeta mejor a la sombra
o semisombra que a pleno sol o palmeras como Kentia,
Chamaedorea, Areca, etc. prefieren la sombra.
Hay
climas con más horas de luz solar al año
que otros. En Cádiz hay más días
de sol a lo largo del año que en Santander, por
ej.. y aunque estén a la sombra también
disfrutan de mucha luz ambiental.
4.
Viento
Si
estás en una zona con vientos fuertes o tienes
un jardín muy abierto, cuidado con estos 4 posibles
daños:
- Los vientos cálidos deshidratan las hojas.
- Los vientos fríos "queman" la planta.
- Los vientos fuertes pueden romper ramas, tirar hojas, flores y frutos e, incluso, derribar árboles enteros. Hay especies de árboles sensibles al viento y con mayor riesgo de ser abatidos que otras. Tienen ramas quebradizas estos: Melia, Robinia, Ulmus pumila, Chopos, Saúces, Ailanto, Sófora, Gleditschia, Pawlonia...
- El
viento en zonas próximas al mar transporta
sales que se depositan en las hojas de las plantas
y produce "quemaduras" en ellas. Destruye
también las yemas y por tando no crece contra
el sentido del viento, presentando la cara que da
al mar más despoblada. Si vives en primera
línea de playa, árboles como Acacia,
Algarrobo, Ciprés, Eleagnus, Higuera, Lagunaria,
Aligustre, Olivo, Ombú, Tipuana o Falso pimentero
son los mejores para resistir los vientos salinos.
Palmeras: Datilera, Wachintona, etc..
5.
Granizo y pedrisco
En
árboles el granizo abate hojas y produce pequeñas
heridas (riesgo de que entren hongos después).
Una granizada produce importantes daños en arbustos,
cactus, flores, frutales y hortalizas.
Pedrisco
Daños por granizo Contra
esto poco puedes hacer; a veces, en frutales, se ponen
mallas protectoras cuando se prevé una granizada.
Es importante tratar al día siguiente todas las
plantas con un fungicida antibotritis para proteger
las heridas de la infección de este hongo: botritis.
El
pedrisco es como el granizo pero los granos son
más gordos, de tamaño superior a los 5
milímetros.
Hay
zonas dentro de cada país con más riesgo
de granizo y pedrisco que otras, por ejemplo, en España,
el Levante es una región muy proclive a estos
desastres.
6.
Nieve
Elimina
el exceso de nieve sobre tus árboles para que
no se rompan ramas.
Contaminación
No
es un fenómeno meteorológico pero apuntar un par de cosas.
A
la contaminación urbana hay árboles más
delicados y otros muy duros e indicados para las ciudades.
Contaminación urbana
En las ciudades abundan los gases debido a los coches y a las calefacciones en invierno. Los árboles, como sabemos, limpian el aire en gran medida.
Contaminación industrial
Gases de SO2,
humos y polvo son producidos por determinadas industrias.
Estas sustancias pueden dañar (y de hecho lo
hacen) a nuestros árboles y plantas.
La
lluvia ácida es un caso especial
de contaminación de origen industrial. Es producida
principalmente por las centrales térmicas. Está
afectando a grandes masas de bosques en los países
industrializados. El fenómeno consiste en lo
siguiente: los ácidos sulfúricos y nítricos
que se forman en la atmósfera caen sobre las
hojas de los árboles con la lluvia, bloqueando
los poros (estomas) de éstas. La acidez seca
y produce la caída de las hojas. En España,
concretamente en Cataluña, se han dado casos
de lluvia ácida en bosques próximos a
centrales térmicas.