
Plantar un árbol "a raíz desnuda"
Raíz desnuda
Los
árboles se pueden comprar en 4 presentaciones
distintas:
1.-
A raíz desnuda
2.- Con cepellón
3.- En maceta (que es la forma más frecuente)
4.- Con cepellón escayolado (sobre todo para
grandes ejemplares)
Veamos ahora cómo se plantan los comprados "a
raíz desnuda". Para los otros tres casos
tienes el artículo "Plantar
árboles en maceta o cepellón".
Los árboles a raíz desnuda hay que plantarlos
obligatoriamente en invierno o en otoño tardío,
cuando no tienen hojas.
Recorta las raíces que estén rotas,
secas, podridas o estropeadas, y también las
que sean demasiado largas.
Poda las puntas de las ramas largas (sólo
si trae ramas largas, si no, nada), cortando más
o menos un tercio de su longitud, para así concentrar
la savia en menos yemas.
Recorte de raíces y ramas (si es necesario)
Una operación que se puede hacer, aunque no es
imprescindible, es sumergir las raíces en un cubo
o barreño en el que hemos preparado una especie
de "papilla" hecha con agua y tierra
más bien arcillosa. Se mantiene la raíces
en la "papilla" un rato y luego se planta.
Cava un hoyo que sea amplio; en realidad, cuanto
más mejor. Abrir un buen hoyo, remover y airear
la tierra es importante.
Antes de meter el árbol en el hoyo tienes
que clavar un tutor en el fondo para fijar el árbol
en él y así evitar que se pueda tumbar la
planta mientras que no echa raíces y agarra. Es
muy frecuente ver en nuestras ciudades árboles
torcidos, debido a no haber puesto el correspondiente
tutor en el momento de plantarlo. Después ya no
tendrá arreglo.
Abrir
hoyo. Abono
orgánico. Entutorado
La tierra que has extraído del hoyo la debes
de mezclar bien con un abono orgánico (estiércol,
mantillo, turba, etc.). Esto es una cosa que mucha gente
olvida: hacer un buen abonado orgánico de plantación.
Con ello conseguimos enriquecer la tierra y que árbol
disponga de una reserva de nutrientes para el futuro.
Posteriormente ya se harán otros abonados, pero
empezar con un suelo enriquecido es una garantía
para los primeros años.
La cantidad de abono orgánico puede ser:
En general, unos 2 ó 3 kilos de estiércol,
turba, mantillo, etc. Si dispones de restos de ceniza
de la chimenea, puedes añadirlos también.
Recuerda mezclarlo todo bien con la tierra del hoyo.
Si el suelo es muy malo, muy pobre, muy arcilloso o muy
arenoso, mejor echa 3 ó 4 kilos para enmendarlo.
Si el árbol es un ejemplar grande, con un gran
cepellón, debes aumentar esta cantidad hasta un
máximo de 10 kg. de abono orgánico por árbol.
Aunque es menos importante que el abonado orgánico
(más opcional), puedes añadir unos 20 ó
30 gr. de abono mineral N-P-K tipo 15-15-15 o bien, elegir
uno de lenta liberación (tipo Nitrophoska).
Introduce el árbol en el hoyo y procura
que quede el cuello a ras del suelo, no enterrado. (El
cuello es el punto de separación entre las raíces
y el tronco). Ve echando tierra y asentándola con
el pie o con el mango de la azada para que no queden bolsas
de aíre entre las raíces y la tierra.
Alcorque o pocilla para riego
Forma una pocilla o alcorque alrededor del árbol
para que el agua de riego quede contenida en él
y riega copiosamente. El primer año siempre hay
que regar más.