Carencias
de nutrientes minerales
4. Solución
a las carencias
Antes
que nada, la prevención:
1.
Elige especies menos sensibles
a las carencias si tu
suelo tiene un pH alto (alcalino).
Por ejemplo, si te gusta mucho
un Rododendro y tu suelo tiene
un pH=8, lo más prudente
es no plantarlo en esa tierra
alcalina y hacerlo en un buen
macetón con sustrato
ácido. En esta lista
tienes todas aquellas especies
que NO
deben plantarse en suelos con
pH alto, alcalino (calizos).
2.
Compra tierra vegetal para
rellenar de calidad. Es
fundamental que sea una tierra
extraída de los primeros
30 cm. de suelo, los más
superficiales , que son los
que tienen materia orgánica
y vida, la del subsuelo es muchísimo
peor.
3.
Para prevenir carencias aplica
abonos regularmente, bien
sean minerales (a ser posible
de lenta
liberación)
u orgánicos (mantillo,
estiércol, humus de lombriz,
etc.).
4. Haz un abonado
completo y equilibrado. La
mayoría de abonos o fertilizantes
que usamos suelen incluir el Nitrógeno,
el Fósforo y el Potasio
y, a veces, el Magnesio. Conviene
añadir un poco de quelatos
de Hierro y quelatos
de otros micronutrientes con
el fin de conseguir unas hojas
más verdes. Si se no se
abona nunca... pues aparecerán
las carencias tarde o temprano.
5. No hay que pasarse. Los abonados en exceso de ciertos elementos provocan la carencia de otros considerados antagónicos. Por ejemplo, abonados abundantes en Potasio determinan la aparición de síntomas de deficiencia en Magnesio. El caso es relativamente frecuente en plantaciones de árboles frutales.
6.
Una vez determinado qué
está faltando o sobre
lo que se sospeche con fundamento,
se procede a corregirlo, generalmente,
aportando fertilizantes químicos
que contenga ese o esos nutrientes.
7.
Cuando se trata de Micronutrientes
(Hierro, Manganeso, Zinc,
Boro, Cobre o Molibdeno),
lo mejor es usar unos
fertilizantes especiales
llamados quelatos,
por ejemplo, quelatos
de Hierro, quelatos de
Manganeso,
etc.
8.
Se llaman Correctores
de carencias,
y contienen Hierro, Manganeso,
Zinc, Boro, Cobre, Molibdeno,
Magnesio, Calcio y Azufre.
9.
Si no lo tienes claro, usa
un "cóctel"
que incluye todos los Micronutrientes,
llamado Correctores
de carencias A-Z.
Ejemplo de marca comercial:
Hortrilon de Compo.
10. Cuando son carencias de Micronutrientes, además de corregirla aportando el fertilizante al suelo, se puede hacer también mediante un abono foliar, es decir, pulverizándo sobre las hojas.
11. Los abonos foliares resultan muy interesantes para aportar Micronutrientes porque la planta necesita pequeñas cantidades. La clorosis férrica se puede paliar en 24 horas con un abono foliar.
Abono
foliar
12.
Con los abonos foliares
procura no pasarte
de dosis ni aplicarlos
con sol fuerte, sino
al atardecer, ya que se
podrían producir
"quemaduras"
en las hojas.
13.
Además de aportar
fertilizantes, es conveniente
corregir el pH cuando
sea necesario para que se
liberen nutrientes insolubilizados.
-
Si el suelo es
muy ácido,
aún se puede, poco
a poco, aumentar el pH
a un nivel aceptable y
se liberarán
nutrientes bloqueados
(Calcio, Magnesio, Fósforo,
Molibdeno y Boro). La
mejor manera es mediante
una enmienda de caliza
molida. Dosis: 1500-2000
Kg. por hectárea
a aportar en otoño
y se entierra labrando.
-
Si el pH es alto,
alcalino (pH mayor de
7,5) y con mucha cal,
no hay forma de neutralizar
el suelo completamente,
pero se puede mantener
a un nivel aceptable de
pH que permita una buena
solubilidad de los elementos
con constancia, repetiendo
las aportaciones cada
2 ó 3 años.
Sigue alguno de los métodos
que se explican a continuación
para bajar el pH.
- Bajar el pH del suelo o sustrato.
-
Bajar el pH del agua
de riego. Si es que
estás regando
con un agua que también
es alcalina (contiene
mucha cal).
Bajar
el pH del suelo o sustrato
(macetas)
Aparte
de echar los quelatos
o abonos foliares y para
no tener que gastar tanto
en ellos, es muy bueno
intentar liberar el Hierro
y los demás micronutrientes
que contiene el suelo
alcalino pero que están
insolubilizados y
no pueden ser tomados
por las raíces.
Haber, hay, de todo, pero
no están solubles,
con lo que es como si
no estuvieran para las
raíces. Esto se
consigue bajando el pH,
es decir, acidificando
el suelo; así se
liberarán solos.
Por ejemplo, si tu suelo
tiene un pH 8 sería
bueno llevarlo a 6,5,
para lo que puedes hacer
alguna de estas tres operaciones
(a elegir):
1.
Turba rubia
Al plantar, por ejemplo,
un macizo de arbustos
acidófilos, quizás
Brezos, mezcla los primeros
25-30 cm. de tierra con
TURBA RUBIA (una marca
es SPHAGNUM), que es un
material muy ácido
(ph=3,5). La proporción
sería un 50% de
tierra del jardín
con un 50% de turba rubia.
O bien, 1 kg de turba
rubia por cada m2 de superficie.
A los 2 ó 3 años
tendrás que repetir
el tratamiento. Esta forma
de acidificar está
bien para iniciar una
plantación, pero
si ya están plantados...
no es fácil de
aplicar sin romper raíces
ni de resultados rápidos
el acidificar en profundidad
(20 centímetros).
En este caso, es mejor
recurrir al Sulfato de
Hierro (abajo).
2.
Azufre
En
medianas y grandes superficies
es lo que sale más
económico, por
ejemplo, para enmendar
toda el jardín
entero antes de plantar
nada. El Azufre es la
enmienda clásica
que se usa a nivel agrícola.
Mezclar
los primeros 25-30 cm.
de tierra con AZUFRE EN
POLVO. Dosis: 90 grs/m2.
No produce una bajada
de pH inmediata, sino
que tarda varios meses
en hacer efecto. Aplicar
durante el otoño
para que en primavera
ya se note.
Igual que con la turba
rubia, a los 2 ó
3 años se debe
repetir el tratamiento
porque los suelos calizos
neutralizan el acidificante,
aunque a menudo es suficiente
para aliviar la clorosis
férrica,
por ejemplo.
3. Sulfato de Hierro
Sulfato
de Hierro
La tercera opción,
y quizás la más
práctica, es incorporar
SULFATO DE HIERRO al suelo.
El Sulfato de Hierro sirve
para acidificar y también
aporta algo de Hierro,
aunque no mucho, y su
principal función
es bajar el pH.
El
Sulfato de Hierro es un
producto muy barato y
fácil de conseguir.
A la venta se encuentra
en forma granulada (color
marrón) y en partículas
más finas, como
la fotografía superior
(color verde manzana).
Esta última presentación
es la más interesante
para disolver en agua,
como ahora veremos. La
forma granulada se puede
emplear para el suelo,
pero no disolviendo en
agua, sino mezclando con
la tierra superficialmente,
como si fuera un fertilizante
normal. Compra mejor el
Sulfato "verde manzana".
El
plan consistiría
en aportar al suelo el
Sulfato de Hierro regando
con agua que lleve disueltos
3 gramos por cada litro.
Riega 1 vez al mes con
este agua al pie de las
flores, arbustos o árboles.
Con este tratamiento bajará
el pH de la tierra. En
invierno no hace falta
echarlo. No uses el
agua con Sulfato de Hierro
para las macetas;
más abajo tienes
cómo hacerlo en
macetas, se acidifica
el agua con Ácido
cítrico en lugar
de con Sulfato de Hierro.
Complementa
el tratamiento del Sulfato
de Hierro adicionando
3 gramos por cada litro
de agua de quelatos
de Hierro (una
cucharadita). Aplica una
vez al mes también,
pero en una semana distinta
a la del Sulfato.
Con
estos dos productos (Sulfato
de Hierro y quelatos de
Hierro) las plantas acidófilas
del jardín tendrán
suficiente Hierro y los
otros micronutrientes
como el Manganeso o el
Cobre gracias a la liberación
que provoca el Sulfato
por bajar el pH del suelo.
Quedará
proporcionar el resto
de elementos para completar
la fertilización
de tus plantas, es decir,
Nitrógeno, Fósforo
y Potasio con abonos convencionales
o de
lenta liberación.
Si
la superficie es grande
o una plantación
frutal, el Sulfato de
Hierro se puede repartir
en gránulos en
lugar de disuelto en agua,
como un fertilizante "normal".
Dosis: de 500 a 1.000
kilos por hectárea,
según sensibilidad
a clorosis. Aplicación
cada año. Con esto
se baja el pH.
Sustratos
Para
bajar el pH de los sustratos
usados en macetas, jardineras
y todo tipo de contenedores
se actúa sobre
el agua de riego.
El
pH del substrato debe
estar entre 5,5 y 6,5
para las plantas acidófilas
como Gardenia, Hortensia,
Azalea, Camelia, Rododendro,...
y para muchas plantas
de interior, pero si estás
usando un agua alcalina
trasmitirá su pH
al sustrato y con
el tiempo, terminarán
igualándose ambos
pH's.
Esta
alcalinización
del sustrato provocará
el amarilleo de las hojas
(clorosis) por la deficiencia
de Hierro u otros Elementos
en especies sensibles.
Por
tanto, los consejos para
cultivar plantas acidófilas
en contenedor serían:
- Elige un sustrato que tenga un pH ácido. Esto lo debe indicar en la etiqueta. Venden algunos especiales para plantas acidófilas, por ejemplo, la llamada tierra de brezo, tierra de castaño, etc.. Otra opción es hacer una mezcla incluyendo turba rubia, que es muy ácida (pH=3,5).
- En cualquier caso, aunque el sustrato no lo compres como ácido y sea, digamos, "normal", incluso alcalino, siempre se puede enmendar si riegas continuamente con agua acidificada con ácido cítrico como veremos ahora.
-
Lo ideal para no subir
el pH del sustrato sería
regar con agua sin cal
o de lluvia (depósito,
aljibe, descalcificada),
pero si no la tienes,
deberás acidificarla
con ácido cítrico
o vinagre.
Bajar
el pH del agua de riego
con Ácido cítrico
Hemos
visto hasta ahora dos
acciones para contrarrestar
los efectos del pH alcalino:
1.
Aportar los nutrientes
que falten, normalmente
mediante quelatos.
2. Bajar el pH del suelo
Nos
queda la tercera acción:
bajar el pH del agua
de riego con Ácido
cítrico (si
es que es alcalina, si
no, nada).
Acido
cítrico
El
Ácido cítrico
tiene un papel equivalente
para las macetas al Sulfato
de Hierro para el suelo,
es decir, acidificar,
bajar el pH.
Con
el Ácido cítrico
puedes ajustar el pH del
agua y regar luego con
ella. Si por ejemplo,
consigues poner el agua
con un pH=5, al regar
con este agua una y otra
vez, el sustrato acabará
con pH=5.
No
añadas Sulfato
de Hierro en sustratos
como se hace en el suelo;
es mejor evitarlo porque
se puede "quemar"
la planta si no se ajusta
bien la dosis.
El
Ácido cítrico
tiene el aspecto del azúcar
y lo puedes comprar en
alguna droguería
o establecimiento de productos
químicos. Otra
opción es el vinagre,
pero sale más caro.
Procede
así con el Ácido
cítrico:
1.
Prepara un bidón
de unos 50 litros de capacidad
por lo menos.
2.
Llénalo con el
agua que estés
usando.
3.
Echa una cucharada
de ácido
cítrico para
esos 50 litros más
o menos y remueve
bien. Ya tendrás
un agua ácida.
Puedes medir el
pH con tiras de
papel indicador
de venta en farmacias
para comprobarlo.
4.
Riega siempre con ella
y tras hacerlo varias
veces, el sustrato ya
se habrá acidificado.
6.
Para complementarlo, añade
a la maceta 1 vez al mes
(invierno no hace falta),
quelatos de hierro. Ten
cuidado con las manchas
en la ropa y el suelo
de los quelatos. Pon un
plato debajo de la maceta
para recoger el drenaje.
Si con los quelatos de
hierro sigues apreciando
amarilleos, considera
los demás microelementos:
Manganeso, Zinc, Cobre,
Boro y Molibdeno.
Además de bajar
el pH en los suelos alcalinos,
hay que aportar fertilizantes
en forma de quelatos
que contengan los nutrientes
que están faltando:
Hierro, Zinc, Potasio,
Manganeso, etc..
La
mayoría de las
veces es lo único
que se hace y sólo
con quelatos se va sobrellevando
la situación, sin
intentar bajar el pH,
pero lo recomendable es
aplicar los tratamientos
explicados.
Recuerda
que en suelos con pH elevado
(alcalinos), es conveniente
aumentar la dosis de
Fósforo y Potasio
más de lo normal,
puesto que una parte se
pierde por insolubilización,
como ocurre con los Micronutrientes.
En las siguientes páginas
veremos Elemento
por Elemento,
sus síntomas y
la manera de solucionar
las deficiencias de cada
uno.
Macronutrientes
-
Nitrógeno
(N)
-
Fósforo (P)
-
Potasio (K)
-
Magnesio (Mg)
-
Calcio (Ca)
-
Azufre (S)
Micronutrientes
-
Hierro (Fe)
-
Manganeso (Mn)
-
Zinc (Zn)
-
Boro (B)
-
Cobre (Cu)
-
Molibdeno (Mo)
-
Cloro (Cl)