¿Cómo
corregir las carencias
de nutrientes provocadas
por el pH del suelo, del
sustrato o del agua de
riego, por ej., la clorosis
férrica?
¿Qué
hacer para poder cultivar
plantas acidófilas
como Azalea, Hortensia,
Camelia, etc., en suelos
o sustratos alcalinos
(ph alto)?
- Aportar fertilizantes que contengan los nutrientes que están faltando.
- Bajar el pH del suelo o sustrato.
-
Bajar el pH del
agua de riego.
Clorosis
férrica
1.
Aportar fertilizantes
Cuando las plantas empiezan a amarillear y tras estudiar los síntomas y conocer el pH del suelo o del sustrato y el agua de riego, podemos llegar a la conclusión de que se trata de una carencia de minerales, por ej., de Hierro.
La
identificación precisa
siempre es difícil porque
hay que conocer los síntomas
propios de cada especie, pero
se puede sospechar a partir del
pH. Por ejemplo, si son hojas
nuevas, pensamos en micronutrientes
(Hierro, Cobre, Zinc, Manganeso)
y si son hojas viejas en macronutrientes
(Nitrógeno, Fósforo,
Potasio, Magnesio, Calcio).
Si
la carencia es de Hierro (clorosis
férrica), lo más
eficaz es aportar un fertilizante
especial llamado 'quelatos
de hierro'. Si la carencia
es de otros (Manganeso, Cobre,
etc.) y no de Hierro o de varios
a la vez, pues habría
que aportar los fertilizantes
que los contengan, preferentemente
en forma de quelatos.
Los
quelatos de hierro, o de otros
nutrientes, se caracterizan por
tener una estructura química
que evita su insolubilización
en el suelo, están
como "protegidos". Pueden
aplicarse al terreno directamente
o disolverse en agua y regar.
Otra
forma de aplicar los fertilizantes
ante carencias es usando abono
foliar, es decir, pulverizándolo
sobre las hojas.
Los
abonos foliares resultan muy
interesantes para micronutrientes
(Hierro, Cobre, Manganeso, Zinc,
Boro, Molibdeno) porque la planta
necesita pequeñas cantidades,
pero no tanto para macronutrientes
(Nitrógeno, Fósforo,
Potasio, Magnesio, Calcio y
Azufre) que sólo puede
ser un complemento a las raíces.
La clorosis férrica se
puede paliar en 24 horas con
abono foliar.
2. Bajar el pH del suelo
Aparte
de echar los quelatos o abonos
foliares y para no tener que
gastar tanto en ellos, es muy
bueno intentar liberar el
Hierro y los demás micronutrientes
que contiene el suelo alcalino
pero que están insolubilizados
y no pueden ser tomados por
las raíces. Haber,
hay, de todo, pero no están
solubles, con lo que es como
si no estuvieran para las raíces.
Esto se consigue bajando el
pH, es decir, acidificando el
suelo. Se liberarán solos.
Por ejemplo, si tu suelo tiene
un pH 8 sería bueno llevarlo
a 6,5, para lo que puedes hacer
alguna de estas tres operaciones
(a elegir):
1.
Turba rubia
Turba
rubia
Al
plantar, por ejemplo, un macizo
de arbustos acidófilos,
quizás Brezos, mezcla
los primeros 25-30 cm. de tierra
con TURBA RUBIA (una
marca es SPHAGNUM), que es un
material muy ácido (ph=3,5).
La proporción sería
un 50% de tierra del jardín
con un 50% de turba rubia. O
bien, 1 kg de turba rubia por
cada m2 de superficie. A los
2 ó 3 años tendrás
que repetir el tratamiento.
Esta forma de acidificar está
bien para iniciar una plantación,
pero si ya están plantados...
no es fácil de aplicar
sin romper raíces ni
de resultados rápidos
el acidificar en profundidad
(20 cm.).
2.
Azufre
Otra
opción para acidificar:
mezcla los primeros 25-30 cm.
de tierra con AZUFRE EN POLVO.
Dosis: 90 grs/m2. No produce una
bajada de pH inmediata, sino que
tarda varios meses en hacer efecto.
Aplica durante el otoño
para que en primavera se note.
En medianas y grandes superficies
es lo que sale más económico,
por ejemplo, para enmendar toda
el jardín entero antes
de plantar nada. El azufre es
la enmienda clásica que
se usa a nivel agrícola.
Igual
que con la turba rubia, a los
2 ó 3 años tendrás
que repetir el tratamiento porque
los suelos calizos neutralizan
el acidificante aunque a menudo
es suficiente para aliviar la
clorosis férrica, por
ejemplo.
3.
Sulfato de hierro
Sulfato
de hierro
Sulfato
de hierro
La
tercera opción, y quizás
la más práctica,
es incorporar SULFATO DE
HIERRO al suelo. El sulfato
de hierro sirve para acidificar
y adicionalmente para aportar
algo de Hierro, aunque no mucho
y su principal función
es para bajar el pH.
El sulfato de hierro es un producto
muy barato y fácil de
conseguir. A la venta se encuentra
en forma granulada (color
marrón) y en partículas
más finas, como la fotografía
superior (color verde manzana).
Esta última presentación
es la más interesante
para disolver en agua, como
ahora veremos. La forma granulada
también se puede emplear,
y de hecho así se hace
en agricultura, por ejemplo,
para bajar un poco el pH en
una plantación frutal,
pero no disolviendo en agua,
sino mezclando con la tierra
superficialmente, como si fuera
un fertilizante normal. Compra
mejor el sulfato "verde
manzana".
El
plan consistiría en aportar
al suelo el sulfato de hierro
regando con agua que lleve disueltos
3 gramos por cada litro.
Riega 1 vez al mes con esta
agua al pie de las flores, arbustos
o árboles. Con este tratamiento
bajará el pH de la tierra.
En invierno no hace falta echarlo.
No uses el agua con sulfato
de hierro para las macetas;
más abajo tienes cómo
hacerlo en macetas, se acidifica
el agua con ácido cítrico
en lugar de sulfato de hierro.
Complementa
el tratamiento del sulfato de
hierro adicionando 3 gramos
por cada litro de agua de quelatos
de hierro (una cucharadita).
Aplica una vez al mes también,
pero en una semana distinta
a la del sulfato.
Con
estos dos productos (sulfato
de hierro y quelatos de hierro)
las plantas acidófilas
del jardín tendrán
suficiente Hierro y los otros
micronutrientes como el Manganeso
o el Cobre gracias a la liberación
que provoca el sulfato por bajar
el pH del suelo.
Quedará
proporcionar el resto de elementos
para completar la fertilización
de tus plantas, es decir, Nitrógeno,
Fósforo y Potasio con
abonos convencionales o de lenta
liberación. Recuerda
que en suelos de los que estamos
hablando, con pH elevado (alcalinos),
es conveniente aumentar la dosis
más de lo normal de Fósforo
y Potasio puesto que una parte
se pierde por insolubilización,
como ocurre con los micronutrientes.
Como
acción complementaria
para acificar algo más
(bajar el pH) usa para el
suelo, no para macetas, abonos
acidificantes: sulfato amónico,
nitrato amónico, fosfato
amónico, etc.
Recalcar
que los suelos ácidos
(pH<7) son fáciles
de enmendar aportando caliza
molida, pero los suelos alcalinos
(ph>7) son mucho más
difíciles de corregir
por razones de química
del suelo complejas que no vamos
a entrar. La idea es que subir
puntos de pH es fácil,
pero bajar, no, porque tiende
a revertirse a la situación
anterior, lo que obliga a repetir
el tratamiento.
Sustratos
Para bajar el pH de los sustratos
usados en macetas, jardineras
y todo tipo de contenedores
se actúa sobre
el agua de riego.
Azalea
en contenedor
El
pH del substrato debe estar entre
5,5 y 6,5 para las plantas acidófilas
como Gardenia, Hortensia, Azalea,
Camelia, Rododendro,... y para
muchas plantas de interior, pero
si estás usando un agua
alcalina trasmitirá su
pH al sustrato y con el tiempo,
terminarán igualándose
ambos pH's.
Esta
alcalinización del sustrato
provocará el amarilleo
de las hojas (clorosis) por
la deficiencia de Hierro u otros
elementos.
Por
tanto, los consejos para cultivar
plantas acidófilas en contenedor
serían:
- Elige un sustrato que tenga un pH ácido. Esto lo debe indicar en la etiqueta. Venden algunos especiales para plantas acidófilas, por ejemplo, la llamada tierra de brezo, tierra de castaño, etc.. Otra opción es hacer una mezcla incluyendo turba rubia, que es muy ácida (pH=3,5).
- En cualquier caso, aunque el sustrato no lo compres como ácido y sea, digamos, "normal", incluso alcalino, siempre se puede enmendar si riegas continuamente con agua acidificada con ácido cítrico como veremos ahora.
-
Lo ideal para no subir el
pH del sustrato sería
regar con agua sin cal o de
lluvia (depósito, aljibe),
pero si no la tienes, deberás
acidificarla con ácido
cítrico o vinagre.
3. Bajar el pH del agua de riego
con ácido cítrico
Hemos
visto hasta ahora dos acciones
para contrarrestar los efectos
del pH alcalino:
1.
Aportar los nutrientes que falten
2. Bajar el pH del suelo
Nos queda la tercera acción:
bajar el pH del agua de riego
con ácido cítrico
(si es que es alcalina, si no,
nada).
Acido
cítrico
El
ácido cítrico
tiene un papel equivalente para
las macetas al sulfato de hierro
para el suelo, es decir, acidificar,
bajar el pH.
Con
el ácido cítrico
puedes ajustar el pH del agua
y regar luego con ella. Si por
ejemplo, consigues poner el
agua con un pH=5, al regar con
este agua una y otra vez, el
sustrato acabará con
pH=5.
No
añadas sulfato de hierro
en sustratos como se hace en
el suelo; es mejor evitarlo
porque se puede "quemar"
la planta si no se ajusta bien
la dosis.
El
ácido cítrico
tiene el aspecto del azúcar
y lo puedes comprar en alguna
droguería o establecimiento
de productos químicos.
Otra opción es el vinagre,
pero sale más caro.
Procede
así con el ácido
cítrico:
1.
Prepara un bidón de unos
50 litros de capacidad por lo
menos.
2.
Llénalo con el agua que
estés usando.
3.
Echa una cucharada de
ácido cítrico
para esos 50 litros más
o menos y remueve bien.
Ya tendrás un agua
ácida. Puedes medir
el pH con tiras de papel
indicador de venta en
farmacias para comprobarlo.
4.
Riega siempre con ella y tras
hacerlo varias veces, el sustrato
ya se habrá acidificado.
6.
Para complementarlo, añade
a la maceta 1 vez al mes (invierno
no hace falta), quelatos de
hierro. Ten cuidado con
las manchas en la ropa y el
suelo de los quelatos. Pon un
plato debajo de la maceta para
recoger el drenaje.
Si con los quelatos
de hierro sigues apreciando
amarilleos, considera
los demás microelementos:
Manganeso, Zinc, Cobre,
Boro y Molibdeno.