Nutrientes minerales del suelo
- Todas
las plantas necesitan
tomar del suelo
estos 13 elementos
minerales esenciales.
De tal manera
que si en un suelo
no hubiese nada,
cero gramos de
cualquiera de
ellos, la planta
moriría,
puesto que todos
son imprescindibles
para la vida del
vegetal.
- Nitrógeno (N)
- Fósforo (P)
- Potasio (K)
- Calcio (Ca)
- Magnesio (Mg)
- Azufre (S)
- Hierro (Fe) *
- Zinc (Zn) *
- Manganeso (Mn) *
- Boro (B) *
- Cobre (Cu) *
- Molibdeno (Mo) *
- Cloro (Cl) *
* Los siete últimos los toman las plantas en pequeñísimas cantidades y se llaman micronutrientes u oligoelementos. - Afortunadamente,
en los suelos
siempre hay de
todo, por
lo menos algo,
aunque en unos
más que
en otros. No obstante,
se pueden presentar
carencias. Un
ejemplo típico
es la carencia
de Hierro
(Fe).
En suelos de pH alto, es decir alcalinos (calizos) es frecuente que falte el Hierro que se encuentra insolubilizado, es decir, se encuentra como mineral que no puede ser tomado por las raíces (las raíces toman lo que está soluble, disuelto en agua). En plantas que son sensibles a la carencia de hierro la consecuencia de esto es que se vuelven las hojas amarillas. Por ejemplo una Azalea, una Hortensia, un Naranjo, un Roble, etc., plantados en estos suelos de pH alto sufrirán clorosis férrica. - Mediante los abonos o fertilizantes aportamos al suelo los nutrientes minerales que las plantas van consumiendo. Si no lo hiciéramos se agotarían más tarde o más temprano.
- Se
puede fertilizar
con dos tipos
de abonos:
abonos orgánicos
y abonos minerales
o químicos.
- Los abonos orgánicos son el estiércol, el compost, el humus de lombriz, etc. Aportan de todos los nutrientes, pero en relativa poca cantidad y lentamente. Tienen doble beneficio: como suministrador de nutrientes, principalmente de nitrógeno, pero además mejoran el suelo al formarse humus.
- Los abonos químicos o minerales, también llamados fertilizantes convencionales, lo único que aportan son nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, hierro, etc.), ni humus ni mejora del suelo en otros aspectos como hacen los abonos orgánicos, sólo enriquecen de minerales el suelo y las plantas disponen de alimento en cantidad.
- Se puede abonar sólo con los orgánicos, pero sale caro y en determinados momentos hacen falta grandes cantidades de nitrógeno y de los demás elementos y los abonos orgánicos no pueden suministrarlo ya que ellos van descomponiéndose lentamente, a su ritmo, según el clima y el tipo de suelo.
- La
mayoría
de abonos o fertilizantes
químicos
que usamos suelen
incluir sólo
tres nutrientes:
el Nitrógeno,
el Fósforo
y el Potasio.
Son igual de importantes
que los otros
10 nutrientes
restantes, lo
que pasa es que
las plantan necesitan
mucha más
cantidad de éstos
que de ningún
otro. El Hierro,
es de los pocos
que se usa de
vez en cuando
como fertilizante
aparte mediante
quelatos de hierro.
Si se detectara
alguna carencia
específica
en alguno de estos
13 elementos o
de varios a la
vez, se podría
remediar con un
abono que contuviese
ese o esos elementos
que están
faltando en el
suelo.
Pautas básicas de abonado en jardinería - Todos los años debes aportar a todas tus plantas (árboles, arbustos, rosales, flores, césped, etc.) algún tipo de abono.
- Puedes
abonar sólo
a base de abonos
orgánicos,
como estiércol,
mantillo, compost,
humus de lombriz,
guano, turba,
etc., pero lo
mejor es usar
un abono orgánico
combinado con
un abono mineral.
- El abono orgánico se hace en invierno u otoño, extendiendo en el suelo una capa de 2 ó 3 cm (si es guano, menos cantidad); luego se entierra ligeramente con la azada.
- Una vez el mes o cada dos meses (en invierno, nada), esparce un puñado de gránulos de fertilizantes minerales convencionales en la base de las plantas. Si usas los llamados fertilizantes de lenta liberación, los nutrientes los suelta poco a poco, a lo largo de 3 meses o más, y es suficiente con una aplicación en primavera y otra en otoño en lugar de un poco cada mes.
- Te recomiendo, por último, que añadas a la tierra, o que pulverices sobre las hojas, quelatos de hierro y otros micronutrientes con el fin de prever la carencia de Hierro y así tener hojas más verdes. Esto hazlo una vez al mes.
- El césped abónalo con 3 aplicaciones/año: primavera avanzada, verano y otoño.
- Si
el suelo es pobre
en nutrientes
se recomienda
echar materia
orgánica
año tras
año y/o
fertilizantes
minerales para
ir aumentando
su fertilidad
con un plan de
mejora a medio-largo
plazo; un suelo
no puede pasar
en un año
de ser pobre en
materia orgánica
(humus) a ser
rico, se hace
en varios años.
- Un suelo rico en materia orgánica (humus) será rico en Nitrógeno. Cuanto más estiércol, mantillo o turba eches más Nitrógeno tendrá (y por supuesto, más humus).
- Recuerda
que cuando aportas
materia orgánica
a un suelo NO
estás echando
humus, estás
echando estiércol,
compost o turba,
que no es lo mismo.
El humus se forma
de ellos gracias
a la acción
de las bacterias
y hongos del suelo
que transforman
una parte de esa
materia orgánica
en humus. El humus
se produce en
el suelo por los
microorganismos.