Mango: cómo sembrar un hueso de mango
- En primer lugar lavas la semilla recién sacada del mango (no la dejes secar o no nacerá) y le quitas la membrana marrón que la envuelve.
- Luego la siembras en una maceta con tierra vegetal con la parte más ancha y redondeada hacia abajo, dejando asomar un poco la parte más delgada.
- En el fondo de la maceta es bueno que poner unos centímetros de grava como drenaje, ya que los mangos son plantas tropicales de zonas tórridas y secas que odian la humedad excesiva en la tierra, lo cual les pudre las raíces.
- Hecho esto pones la maceta encima del termo de casa, de manera que la temperatura esté entre 25-30ºC. Procura mantener la tierra húmeda, aunque no encharcada y cuando la riegues hazlo con agua templada, para no enfriar la semilla.
- Si la semilla de mango, cuando le quitas la membrana marrón, está sana, en unos 10-15 días germinará. Si cuando le quitas la membrana tiene aspecto amarronado-grisáceo en parte o en toda ella, mejor tírala pues está podrida y no germinará.
- Una vez veas asomar el brote del hueso del mango pones la maceta en una habitación cálida al lado de una ventana que mire al sur, sin miedo a que le toque el sol directo y la verás crecer de un día para otro.
- Por la noche la puedes poner otra vez sobre el termo y por la mañana la sacas otra vez a la ventana. En primavera y la temperatura nocturna sea superior a 16ºC ya la puedes sacar al exterior.
- No la abones hasta que la planta de mango mida por lo menos 20 cm, ya que mientras tanto vive de las reservas de los cotiledones de la semilla.
- Si
no quieres que
el frío
del Invierno te
mate los arbolitos
muy jóvenes
de mango, los
dos primeros inviernos
los resguardas
en casa junto
a una ventana
que mire al Sur.
Una vez han superado
la fase infantil,
ya se pueden sembrar
en tierra y resisten
bien el frío
de unos cuantos
grados bajo cero,
se puede chamuscar,
pero rebrota.