Semilleros
en el suelo
Semillero
en tierra
Los
semilleros se pueden hacer en recipientes, por ejemplo,
bandejas de alveolos de corcho, o directamente en
la tierra.
Los semilleros en tierra tienen la ventaja de que se
dispone de mayor espacio en la amplitud de un trozo
del huerto, pero también algunos inconvenientes:
1.
La germinación de malas hierbas es molesta
y hay que andar arrancándolas con mucho cuidado
de no llevarnos todo, la mala hierba y la hortaliza.
2.
El semillero en suelo puede requerir de protección
del frío (heladas) con plástico, ya
que tenemos que tener en cuenta que muchos de estos
planteles se realizan durante el invierno y principios
de primavera.
3.
Cuando ya estén listas las plantitas, hay
que arrancar de raíz y sufren mucho más
que de una bandeja de alveolos, donde sale el cepellón
intacto. Habrá más marras y los primeros
días tras plantar en el huerto da la sensación
de que estén muertas. No hay que alarmarse porque
en 2 ó 3 días deberían recuperar
su turgencia.
El
semillero en tierra se emplea más por los viveristas
profesionales que necesitan sacar miles de plantones
de ciertos cultivos para vender a los horticultores
y destinan a ello parcelas enteras como semillero.
Preparación
del terreno
Abono
orgánico. Laboreo
con motocultor o rotavator
Delimita una parcelita para hacer el semillero.
Hace
falta un suelo muy bueno, esponjoso y suelto para
que se produzca una buena germinación de las
semillas.
Labra
e incorpora compost, estiércol, humus de lombriz
u otro abono orgánico de calidad mezclándolo
homogéneamente con la tierra, puesto que las
acumulaciones de abono podrían quemar las raicillas
delicadas de las plantitas.
Siembra
Para
sembrar espera a que la tierra esté algo húmeda
y muy disgregada.
Siembra
en líneas o a voleo.
A
voleo (esparcidas uniformemente por la superficie)
se hace en bandas estrecha que permite llegar hasta
el centro sin tener que pisar para quitar malas hierbas.
La densidad de planta será elevada (800-1000
plantas/m2).
En
líneas consiste en esparcir las semillas
a lo largo de surcos o bien a puñaditos a cierta
distancia unos de otros. Los surcos se hacen rectos
tomando la guía de una cuerda y un par de estacas
o gavillas.
Acolchado
Túneles
de plástico
Para
acelerar la germinación tras la siembra se
debe cubrir con una lámina de plástico
trasparente que evita la evaporación y aumenta
la temperatura del suelo. Esto se llama hacer un acolchado.
Una vez que han emergido se quita esta lámina.
Si se quiere, se puede continuar forzando el desarrollo
de las plantitas mediante túneles de plástico
con arquitos, los cuales es preciso abrir a diario para
que se renueve el aire.
Riego
Los
riegos hay que darlos frecuentes y con poca cantidad
de agua para que nunca se seque la tierra. Como mínimo
una vez al día, y si hace calor, hasta 3 ó
4 veces. Por ello, lo mejor será disponer de
un sistema de riego automático con programador
en lugar de usar una manguera manual.
Aclareo
Aclareo
Una vez las semillas han germinado y tienen 2 ó
3 hojitas bien formadas se procede al aclareo de las
mismas para lo cual se elimina el exceso y se dejan
las más fuertes.
Transplante
Cuando las plantitas del semillero ya están
listas para ir a su lugar definitivo en el huerto,
se procede a su trasplante.
Dependiendo
de la especie, puede tardar unos 2 meses desde que se
sembró en estar listas.
El trasplante debe hacerse a últimas horas
de la tarde o bien en días nublados con objeto
de que las plantas sufran lo menos posible.
Con
cuidado se extraen casi a raíz desnuda o con
un poco de tierra pegada, se llevan al sitio y se plantan.
Caracoles
y babosas
Los caracoles y babosas (los primeros tienen caparazón
y los segundos, no) pueden acabar en un par de horas con
las plantitas jóvenes. Vigila y usa un producto
antilimacos.
Veamos
cómo se hace la siembra por otros métodos:
Semilleros
en recipientes
Semilleros en el suelo
Siembra
directa