Cultivo
del rosal: Trastornos (1)
1. Heladas
En invierno, los fríos intensos que hay en muchas
latitudes pueden dañar las raíces.
También en primavera, las heladas tardías
pueden quemar hojas y brotes tiernos.
Si en tu zona las heladas invernales son fuertes, puedes
proteger las raíces acolchando la superficie
con una buena capa de paja o mantillo. Para proteger
los troncos y ramas, cubre con cortinas viejas, plásticos
con agujeros o cualquier otra cubierta que atrape el
aire caliente.
Protección
del frío intenso
2.
Granizo
Una granizada sobre el jardín es tremendamente
destructiva. En
plantas ornamentales provoca defoliación y
marcas en hojas y tallos por donde pueden entrar a continuación
hongos y bacterias.
Si
los granos tienen más de 5 milímetros,
se le llama pedrisco, más peligroso todavía
que el granizo, lógicamente.
3.
Viento
Si el viento es fuerte, produce rotura
de ramas, caída de hojas, de flores, de frutos
en maduración, etc..
Si el viento es cálido y seco,
marchita la planta.
Si es viento frío también quema
a las plantas.
Si estás en un lugar cercano al mar, los
vientos depositan sales y producen quemaduras.
4.
Ola de calor
Son masas de aire que se desplazan con baja humedad
y temperatura de 40ºC o más. Es un secador
para las plantas. Las deshidrata y marchita en pocas
horas.
5.
Falta de luz
Provoca que las flores escaseen o no lleguen ni siquiera
a aparecer. Además, los tallos se ahilan
(crecen larguiruchos y endebles), con tejidos tiernos
y más fáciles de atacar por insectos y
hongos.
6.
Encharcamiento
Regar
más de la cuenta puede provocar la asfixia
de las raíces. Además, los hongos
que viven en el suelo se activan y 'rematan la faena'
pudriendo las raíces. Las hojas se tornan amarillas.
Evita
que el suelo se encharque. Riega lo necesario según
la época del año y tus condiciones particulares.
Si
el drenaje es malo, debes mejorarlo.
7.
Falta de agua
Es
el caso contrario del anterior: una planta que está
pasando sed. Como sabemos todos, el agua es vital y
en determinados momentos más, por ejemplo durante
la floración. Riega con regularidad.
8.
Mala plantación
Haz la plantación en la época recomendada.
Evita siempre los momentos de más frío
o de más calor en pleno verano.
Usa un estiércol bien fermentado, sin
echar en exceso y mezclándolo bien con la tierra
para que no esté en contacto tan directo con
las raíces que podrían quemarse.
No plantes demasiado apretado. Competirían
entre ellos por el espacio, el agua, los nutrientes
y a la larga, resultarían todos perjudicados.
Consulta las distancias recomendadas para los Rosales
pulsando aquí.
Conoce el suelo. Cuidado con lo que hay
abajo, una roca dura, rellenos de restos de obras (escombros),
etc.. Podría amarillear por esto y crecer poco.
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