Poda de trepadoras y enredaderas



Las trepadoras pueden recibir 4 tipos de podas. A saber:

1. Poda de Formación
2. Poda de Limpieza
3. Poda de Floración
4. Poda de Rejuvenecimiento


1. Poda de Formación

Cuando se planta, en lugar de dejarla crecer libremente sin control, se la puede llevar mediante poda a alguna de estas formas: Abanico, Cordón o Espaldera.

2. Poda de Limpieza

Consiste en aclarar el arbusto de ramaje denso, eliminar tocones y ramas secas, rebrotes de raíz, flores y frutos pasados, ramas que sobresalgan mucho del arbusto, etc.. En definitiva, suprimir todo lo que no interese. Es un repaso que se debe hacer todos los años y a todas las especies de trepadoras, aunque sea únicamente para quitar cuatro ramillas secas.

3. Poda de Floración

SÓLO se hace en trepadoras que tengan una floración ornamental. Por ejemplo, la Hiedra no recibe Poda de Floración. Con este tipo de poda buscamos renovar los ramos que han florecido por otros nuevos que llevarán las flores el próximo año: Glicinia, Jazmín, Bignonia, Rosal trepador, etc.

4. Poda de Renovación

Una trepadora, cuando se hace muy vieja o si se ha abandonado de poda durante muchos años, se convierte en una masa densa, enamarañada y vieja precisando entonces una Poda de Renovación o Rejuvenecimiento. La idea será elimnar las ramas viejas y sanear toda la planta para que surjan otras nuevas.

Por tanto:

Poda de Formación los primeros años para conducir a la forma que queramos, Poda de Limpieza todos los años y para todas las especies, además las que tengan flores vistosas recibirán una Poda de Floración y, por último, Poda de rejuvenecimiento cuando se hace vieja o si se ha abandonado y está enmarañada.

Veamos con más detalle estos 4 tipos de poda.

1. PODA DE FORMACIÓN

Durante el primero o los dos primeros años de plantada, las plantas trepadoras prácticamente no hay que tocarlas. Se dejan crecer libremente para que vayan ganando altura y densidad de hojas. Sólo se elimina alguna rama enferma, débil, que se salga mucho, etc., pero poca cosa.

La Poda de Formación es para conseguir alguna de las siguientes formas:

Abanico: consiste en un pie corto (menos de 50 cm.) del que salen de 3 a 7 brazos que se apoyan sobre una pared, formando su esqueleto principal que se conservará siempre. Para conseguir un abanico hay que cortar la planta a menos de 50 cm. del suelo y de lo que rebrote escoger las ramas que constituirán los brazos.



Cordón: el esqueleto lo forma un solo tronco vertical que se apoya sobre el soporte. Se suele utilizar en pérgolas, columnas y arcos.

 

Espaldera: consiste en un tronco único vertical (eje) apoyado a todo lo alto en una pared o valla, del que salen unos brazos horizontales o bien, inclinados.

 

En la práctica, estas formas no tienen que quedar tan perfectas ni geométricas, sino algo aproximado.

2. PODA DE LIMPIEZA

Una vez que la trepadora ya está formada y es adulta, se hace necesario una poda cada año de limpieza o mantenimiento. TODAS las especies la necesitan. Podrá ser será más o menos intensa según el caso, pero el repaso anual siempre es necesario, tanto por estética como por salud.

La época para efectuarla es el invierno (reposo). En las zonas de más frío es mejor esperar a finales de invierno.

La Poda de Limpieza consiste en eliminar los siguientes elementos:

Ramas que estén muertas, secas, rotas o enfermas.

Tocones secos (trozos de ramas que no tiene brotes y están muertos).

Rebrotes del pie del arbusto que sean débiles o mal situados y no nos interese que se desarrollen más.

Ramas cruzadas, mal orientadas o que enmarañan mucho.

Ramas que sobresalen mucho del arbusto por su exceso de vigor (se llaman chupones).

Flores y frutos pasados. Afean y consumen energías.

El tener las trepadoras saneadas y no muy densas de ramas, se facilita que entre la luz en su interior y que no envejezca antes de tiempo.

Si no se hace limpieza durante varios años, aparecerá el temido enmarañamiento, además de mantener elementos indeseables (flores pasadas, chupones, rebrotes, tocones secos, etc.). Luego, limpiar por dentro puede costar bastante trabajo y ya habrá muchas ramas interiores secas.

3. PODA DE FLORACIÓN

 

Las trepadoras interesantes por sus flores, además de la Poda de Formación y de la de Limpieza, necesitan una Poda de Floración. La Hiedra o la Parra virgen, por ejemplo, no reciben este tipo de poda puesto que no tiene flores ornamentales. No obstante, en la Hiedra, es aconsejable darle recortes de vez en cuando para conseguir una masa tupida y con hojas más jóvenes y brillantes.

Se distinguen dos casos en Poda de Floración:

a) Trepadoras que echan las flores al final de la primavera y durante el verano en los brotes que han surgido esa misma primavera

Rosal trepador, Campsis (Campsis radicans), Bignonia (Bignonia jasminoides), etc..

En invierno, se recortan todos los ramos del año anterior, excepto las que prolongan el esqueleto, dejando pulgares con 3, 4 ó 5 yemas laterales, para que den brotes con flores.

En especies muy vigorosas, sobre todo si son de floración temprana, puede ser interesante realizar una segunda poda después de pasarse la flor, aclarando el exceso de vegetación y acortando los brotes del año.

b) Trepadoras que echan las flores al principio de primavera en ramos que surgieron el año anterior

Jazmín (algunos), Madreselva, algunas Clemátides, etc..

Florecen en primavera y se podan después de acabar la floración. No coincide con la Poda de Limpieza del invierno como en el caso anterior.

Nada más terminar la floración los ramos florecidos se podan muy fuerte, dejando 2 ó 3 yemas por cada uno. De ahí saldrán nuevos brotes que portarán las flores el año siguiente.

Tendrás que ver especie por especie si florece sobre el crecimiento del año o sobre ramos del año anterior y aplicar alguna de las dos podas indicadas. Puedes ver algunos casos concretos de Poda de Floración aquí :

Poda de Clemátides

• Poda de Glicinia

• Poda de Pasionaria

Poda Pyrostegia venusta, Plumbago capensis y Solanum jasminoides

• Poda de Buganvilla

• Poda de Dama de noche


Poda de Rosal trepador

4. PODA DE RENOVACIÓN

Una trepadora que no se haya podado nunca o muy poco, crecerá sin ningún control y lo más probable es que forme una masa grande, densa, enmarañada y muy pesada. En estos casos de abandono, se hace necesaria una Poda de Renovación.

1. Si la trepadora tiene las ramas principales (el esqueleto) sanas, la Poda de Renovación consiste en eliminar toda la copa, dejando el esqueleto limpio a la vista, pelado. Es decir, quedarían las ramas gordas desnudas y nada más. De ese esqueleto surgirán brotes nuevos que formarán una nueva copa de hojas.

2. Si por el contrario las ramas principales están envejecidas, débiles o muy dañadas, es mejor ir renovando dichas ramas en varios años. Un año se eliminan algunas y al siguiente otras.

3. Por último, el peor caso es que la planta esté muy vieja o en lamentable estado por plagas, heladas u cualquier otra causa. En esta situación, se puede desmochar muy abajo, cortando casi a ras del suelo y empezar de cero. Surgirán nuevos y vigorosos brotes. Un ejemplo, el caso de Buganvillas o Campsis cuando se han helado, que se recurre a esta medida. Es lo más drástico que hay pero se evita plantar un ejemplar nuevo.

Para alargar lo máximo posible el momento de tener que renovar una trepadora, sigue estos consejos:

Mantén sana y fuerte la planta. Que no sufra por heladas, que esté bien regada, bien abonada, libre de plagas y enfermedades, etc.

Forma y guía adecuadamente desde un principio para crear una buena estructura de ramas principales. Se consigue con la Poda de Formación.

Haz la Poda de Limpieza todos los años. Quizás sea necesario quitar poca cosa, pero un repaso anual siempre es necesario para evitar el enmarañamiento consecuencia del abandono.