
Transplantar:
transplante de trepadoras
Trasplantar consiste en extraer el ejemplar del lugar
donde está plantado y volverlo a plantar en otro
sitio.
Las razones para tener que trasplantar una enredadera
pueden ser muy diversas. Por ej.:
-
Si está estorbando.
-
Si queremos poner otra cosa ahí.
-
Si hay que hacer una obra de algún tipo en ese
lugar, etc.
En lugar de cortarlo y tirarlo a la basura, se debe
intentar su trasplante y aprovecharlo (recuerda que
un arbusto de porte mediano o grande tiene un alto valor
económico).
Tres
consideraciones previas respecto a los trasplantes:
*
Una trepadora de mediano tamaño o grande es
complicado su trasplante y la mayoría de
las veces no se hace. ¿Por qué? Porque
extraerla del suelo, si está pegada a un muro
o a una pérgola es muy dificultoso, además
habría que podar practicamente todas las ramas,
dejarla arrasada, sólo con un tronco o sus ramas
principales. Además suele ser una planta envejecida.
No
merecerá la pena la mayoría de las veces.
Se compra un buen ejemplar, joven, fuerte y sano y en
pocos años habrá cubierto una gran superficie.
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Hay especies que son más difíciles
de trasplantar que otras porque tienen más
problemas para superar el trauma de romperle la mayor
parte de sus raíces. En cambio, otras son muy
duras y aguantan el trasplante relativamente bien. Aunque
siempre es un trauma, un shock, y necesitarán
cierto tiempo para recuperarse.
*
Siempre una trepadora más grande es más
complicada de trasplantar que una pequeña, no
sólo por el peso al moverlo y su volumen, sino
porque tiene más riesgos de no agarrar.
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El trasplante se debe hacer cuando la planta esté
en descanso, o sea, en invierno. NO en pleno crecimiento
y actividad. Hacerlo en primavera o verano supone dejar
a la planta sin apenas raíces en un momento en
el que las hojas y las flores están pidiendo
mucha agua. Otoño también puede
ser bueno, pero NO en zonas mediterráneas,
donde los otoños suelen ser cálidos y
las plantas siguen creciendo.
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En invierno, debe evitarse los momentos más fríos
y con heladas.
Los
pasos para trasplantar un arbusto trepador son:
1.
Antes de excavar la tierra para sacarla que esté
algo húmeda.
2.
Es preciso hacer una poda importante, para reducir
la longitud de las ramas y descargar toda la copa de
ramaje.
3.
Se abre una zanja con la azada que rodee la planta
y se va profundizando hacia adentro, hasta que queda
el cepellón suelto.
4.
Hay 2 opciones para hacer el cepellón:
- Si la trepadora es de pequeño tamaño se puede envolver el cepellón con un plástico duro, una tela de arpillera, una lona, etc., y lo atarlo fuerte para evitar que dicho cepellón se rompa. Es muy importante que el cepellón no se rompa, no se desmorone. Si la trepadora fuera de hoja caduca, no es tan grave el que se pueda desmoronar, de hecho, es posible trasplantar los de hoja caduca a "raíz desnuda". Los de hoja perenne se deben trasplantar siempre con el cepellón.
- Si
la trepadora es de tamaño grande,
habría que hacer un escayolado del cepellón.
Esto consiste en envolver el cepellón con una
tela metálica a la que se aplica escayola.
Se hace porque un cepellón gordo lo más
probable es que se desmoronare al moverlo y esto sería
muy perjudicial. Con el escayolado, el cepellón
se mantiene firme y duro, sin riesgo a que se rompa.
5. Una vez preparado el cepellón (escayolado o no) hay que trasladarlo de sitio. Aquí probablemente necesitaremos ayuda, a menos que sea una planta pequeña o que se haga a raíz desnuda. Un cepellón gordo pesa muchos kilos.
6. Se planta en su nueva ubicación haciendo un buen hoyo y mezclando la tierra con abonado orgánico (estiércol, mantillo, turba, etc.), para que las raíces encuentren un entorno esponjoso, mullido, aireado y rico en nutrientes. No es necesario aportar abono mineral (15-15-15, nitratos, fertilizantes lenta liberación, etc.) en el momento de plantar, con el abonado orgánico es suficiente para empezar.
7. El riego no debe faltarle a la planta en cuanto empiece a brotar. Recuerda que tiene un sistema radicular muy dañado, escaso y débil.
Escayolado