Huerta orgánica en 10 pasos
¡Nos ponemos manos a la obra!
- Limpia el terreno de hierbas, piedras, palos y todo tipo de objetos extraños.
- Si las hierbas son bajas, puedes pasar el motocultor directamente e incorporarlas al terreno, pero si son altas deberás cortarlas con una desbrozadora mecánica con disco, recoger los restos y tirarlo o usarlo para elaborar compost.
- Riega el día anterior a labrar para que la tierra esté ligeramente húmeda. Si la tierra se pega a los zapatos, espera para trabajarla a que esté más seca y coja lo que se denomina tempero, ni muy húmeda ni muy seca.
- Labra con el motocultor o motoazada o, si se trata de parcelas pequeñas, labra con una simple azada. Si el laboreo lo puedes hacer 2 ó 3 meses antes de sembrar para que se airee la tierra, mejor.
- Labra concienzudamente donde vayan rabanitos, cebollas, ajos, zanahorias, remolachas o patatas, es muy importante.
- Retira todas las raíces, estolones y bulbillos de las hierbas perennes que vayan saliendo al remover la tierra.
- Una
vez la tierra
está labrada
y limpia, extiende
una capa de 5-8
cm de abono orgánico
(estiércol,
compost, mantillo
comprado en sacos
de 80 litros,
etc.) uniformemente
por la superficie
y entiérralo
luego mediante
cava o pase de
motocultor. Este
aporte, repetido
cada año,
es muy beneficioso
desde todo punto
de vista. Mantiene
la estructura
grumosa, el suelo
fértil
y aireado.
Ya tenemos el terreno labrado y rastrillado, fino, sin piedras ni terrones. Quedan pocos pasos más: - Traza las platabandas o haz surcos, según el método que elijas.
- Coloca las líneas de goteo para riego. Mucho mejor si es automático con programador de riego.
- Siembra
las semillas o
planta las plántulas
producidas en
semilleros.