Abonado
de plantas trepadoras o enredaderas
El abonado de las plantas trepadoras es distinto
según se trate de:
- Trepadoras plantadas en el suelo
-
Trepadoras en macetas, jardineras u otros
contenedores
..........................................................
Trepadoras plantadas en el suelo
Las puedes abonar siguiendo alguno de estos 3 métodos:
1. Usando sólo abonos orgánicos
2. Usando sólo abonos minerales (llamados fertilizantes químicos)
3. Usando abonos orgánicos + abonos minerales
1. SÓLO con abonos orgánicos
El primer método consiste en emplear únicamente materiales como estiércol, mantillo, compost, humus de lombriz, guano o cualquier otro fertilizante de origen animal o vegetal.
Estos materiales orgánicos hacen el suelo más esponjoso, aireado, le "dan vida" y suministran nutrientes para las plantas, por ejemplo, Nitrógeno, a medida que los microorganismos los descomponen.
Inconvenientes de abonar únicamente orgánico:
- Sale caro, especialmente si son muchas plantas.
-
En determinados momentos las plantas necesitan
importantes cantidades de Nitrógeno y
de otros elementos que los abonos orgánicos
quizás no puedan suministrarlos, ya que
van descomponiéndose poco a poco, liberando
el Nitrógeno a su ritmo, según
el clima y el tipo de suelo.
En cualquier caso, es una opción válida
el abonar únicamente empleando abonos orgánicos;
y además, la más ecológica.
Hoy existen en el mercado sacos de estiércol
que no huelen mal (o poco) y compuestos
orgánicos enriquecidos con Nitrógeno,
Fósforo, Potasio, etc.
La cantidad media a aportar sería de unos
500 gramos de abono orgánico por cada
arbusto trepador de tamaño pequeño,
y 1 ó 1.5 kilos de abono orgánico
si es una trepadora grande, con muchas hojas
que alimentar. Otra forma de expresar la dosis
consistiría en extender por el suelo una
capa de 2 ó 3 cm de abono orgánico
(si es guano, se echan menores cantidades que
éstas).
Opciones: estiércol, mantillo, compost,
turba, guano, etc..
Se entierra un poco, sin profundizar casi
nada para no romper raíces. La lluvia y
el riego se encargarán de hacer bajar las
sustancias.
La mejor época de aplicación
es en invierno (también sirve el otoño
avanzado), para que al llegar la primavera empiece
a liberar elementos minerales para la planta como
consecuencia de la descomposición que efectúan
los microorganismos del suelo.
2.
SÓLO con fertilizantes minerales
Esta
segunda opción es más habitual que
la primera. Es decir, no echar nada de materia
orgánica (estiércol, compost, turba,
etc.), sino únicamente fertilizantes
químicos.
Resulta
más económico, pero no se mejoran
las propiedades físicas del suelo como
hacen los abonos orgánicos, ni se enriquece
en humus, puesto que los fertilizantes químicos
lo único que hacen es aportar nutrientes
puro y duro (Nitrógeno, Fósforo,
Potasio, Magnesio, Hierro, etc.).
Los
fertilizantes químicos que puedes emplear
son:
Fertilizantes minerales convencionales
Fertilizante
convencional
15-15-15,
20-20-20, 8-20-12..., Nitrato amónico,
Urea, Cloruro potásico, Superfosfatos,
etc. Por poner un ejemplo de marca comercial:
Nitrophoska.
Un
abono 15-15-15 ó 20-20-20 es equilibrado
en los tres elementos, Nitrógeno, Fósforo
y Potasio, y sirve para la mayoría de los
casos.
Si
usas los fertilizantes convencionales, con esparcir
un puñado de gránulos en la base
de la trepadora una vez el mes o cada dos meses
(en invierno, nada), es suficiente. También
podrías echar unos 30-40 gramos por enredadera
una vez en primavera y otra en otoño, pero
no es tan perfecto como ir aportando mes a mes.
Riega siempre después de abonar.
Fertilizantes de lenta liberación
El
otro tipo de fertilizante químico que puedes
utilizar es el llamado de lenta liberación.
Son mejores, puesto, como su nombre indica, proporciona
a la planta nutrientes poco a poco, los va soltando
a lo largo de 3 meses o más y el riesgo
de "quemar" a la planta por exceso de
sales se reduce mucho. Son cómodos porque
con 2 ó 3 aplicaciones al año, es
suficiente.
El precio es mayor que los abonos clásicos
solubles anteriores, pero merece la pena. Un ejemplo
de marca comercial es Osmocote.
La
dosis de fertilizantes de lenta liberación
estará entre 25 y 50 gramos a aportar por
arbusto cada vez.
Si
es una trepadora de pequeño tamaño
o necesita poco alimento, echa 25 gramos, y si
es de tamaño mediano o grande, o bien,
es exigente en nutrientes, elige la dosis alta
de 50 gramos por planta.
Los
fertilizantes de lenta liberación
se echan 2 veces al año, una en
primavera y otra en otoño, con las cantidades
anteriores.
3.
Abono orgánico MÁS abono mineral
La tercera opción posible es la más
completa porque se mejora el suelo gracias
al abono orgánico y también
se enriquece con abundantes nutrientes (Nitrógeno,
Fósforo, Potasio, etc.) gracias al abono
mineral o químico. Obviamente, también
es la más cara, especialmente cuando se
trata de un jardín con muchas plantas a
fertilizar. Si te lo puedes permitir y buscas
la máxima calidad, hazlo así:
Aporta abono orgánico en invierno,
unos 500 gramos por cada trepadora. Opciones:
estiércol, mantillo, compost o incluso
turba; si es guano, mucha menos cantidad, lee
en el envase la dosis. Otra forma de expresar
la dosis consistiría en extender por el
suelo una capa de 2 ó 3 cm de abono orgánico.
Se entierra ligeramente.
Además de este abonado orgánico,
aplica un abonado mineral:
-
En primavera 25 gramos de fertilizante
de lenta liberación.
- En otoño otros25
gramos por planta.
Vemos
que son cantidades menores de fertilizante que
en el caso de abonar sólo con fertilizantes
químicos, ya que la materia orgánica
también proveerá de alimento a las
plantas.
Quizás deberás añadir un
poco de quelatos de hierro y de
otros micronutrientes con el fin de conseguir
unas hojas más verdes previendo la carencia
de Hierro que provoca amarilleo de hojas.
Abonado
de trepadoras en macetas
Ya hemos visto el caso de las trepadoras plantadas
en la tierra del jardín, ahora toca el
caso de que estén en contenedores.
En
una maceta, jardineras o cualquier otro tipo de
contenedor al tratarse de un espacio tan pequeño,
las raíces no tienen la posibilidad de
extenderse para buscar agua y nutrientes como
sucede en el suelo, por lo que hay que prestar
más atención tanto al riego como
al abonado.
Los
arbustos trepadores plantados en contenedores
lo mejor es abonarlos mediante los llamados
fertilizantes de lenta liberación.
Se trata de gránulos, barritas, clavos
o pastillas que van soltando los nutrientes poco
a poco. Su efecto dura 3 meses o más.
Este
método es más cómodo que
con fertilizantes líquidos porque se echa
sólo una vez en primavera, otra en verano
y una última en otoño, es decir,
3 aplicaciones en el año, y ya está
convenientemente alimentada la planta.
Si
el fertilizante no es de lenta liberación,
sino un fertilizante granulado convencional, reparte
unas cuantas "bolitas" en cada maceta
una vez al mes, menos en invierno, que no se suele
abonar.
Si
usas fertilizante líquido en lugar
de los anteriores, deberás aportarlo cada
15 días durante la primavera y el verano,
diluyéndolo en la regadera. En otoño,
se echa una vez al mes, y en invierno, nada. Esto
como orientación general, ya que habría
que ver especie por especie.
Consejos
generales sobre abonado
Para conseguir grandes floraciones son muy
importantes los abonos ricos en Potasio. El
Potasio estimula la floración de las plantas.
A finales de primavera, cuando ya ha crecido tras
tomar Nitrógeno, cambia a un abono que
tenga mas Potasio que Nitrógeno en su composición.
El exceso de Nitrógeno produce muchas
hojas pero una floración escasa.
A veces se pueden presentar carencias de nutrientes.
Esto consiste en que falta uno o varios de los
12 elementos esenciales para toda planta (Nitrógeno,
Fósforo, Potasio, Magnesio, Calcio, Azufre,
Hierro, Manganeso, Molibdeno, Zinc, Cobre y Boro),
lo que ocasiona síntomas diversos.
Carencia
de Hierro en Rododendro
Por ejemplo, es muy común
la carencia de Hierro (Fe) en los suelos que
tienen un pH alto, es decir alcalinos (calizos),
ya que con este pH se encuentra en gran medida insolubilizado,
es decir, como mineral (imagínate una piedrecita
por así decirlo) y no puede ser tomado por
las raíces. Sensibilidad a clorosis tienen
Tecomaria, Glicinia... entre otras muchas plantas.
Si se produjeran carencias minerales deberás
corregirlas aportando ese o esos elementos con
fertilizantes que los contengan. (Mira
este completo artículo sobre Carencias
de nutrientes en las plantas).
Tanto si usas fertilizante líquido como
fertilizante sólido, conviene añadir
un poco de quelatos de hierro y de otros micronutrientes
con el fin de conseguir unas hojas más
verdes previendo la carencia de Hierro que provoca
el amarilleo de hojas.
Quemaduras por exceso de sales
El exceso de fertilizantes produce toxicidad
que se manifiesta en las puntas de las hojas "quemadas".
Hay unas especies más sensibles que otras.
Consejos para macetas
Se aconseja lavar o lixivar el substrato cada
mes y medio para evitar la acumulación
de exceso de sales, sobre todo si no se ha cambiado
de maceta desde hace tiempo.
El lixiviado consiste en regar abundantemente
y dejar que escurra el agua por el agujero de
drenaje arrastrando las sales acumuladas.
Independientemente de las sales, si la planta
ha crecido mucho habrá que contemplar
la necesidad de trasplantarla a un recipiente
mayor. El cambio de maceta provocará
un crecimiento frondoso porque las raíces
dispondrán de un mayor volumen de tierra
y por tanto, crecerá más.
Una planta trepadora, debido al gran volumen de
ramas que desarrolla, necesita un contenedor grande,
de al menos 60 ó 70 centímetros
de profundidad y un ancho que vaya de los 50 a
los 60 centímetros.
Si no la cambias a una maceta mayor (caso probable,
sobre todo si ya es grande) es conveniente sustituir
el compost de la capa superior de tierra,
entre 3 y 5 cm de espesor, por otro fresco.
Los excesos de abono que son bastante habituales
en macetas. La sobredosis causa más daño
a las plantas que el no fertilizar nada.